Enrique Álvarez
“Lo importante no es ganar, sino competir” es una frase que se atribuye al Barón Pierre de Coubertin, el padre de los Juegos Olímpicos Modernos. Si bien es cierto que para algunos suena un poco mediocre, la realidad es que busca realzar la naturaleza de la competencia en el deporte, que debe basarse en honorabilidad.
Con mayor frecuencia estamos viendo actitudes y hechos que ponen por delante del honor y el juego limpio el hambre de triunfo sobre la caballerosidad y la buena voluntad.
NAHUEL GUZMÁN
El pasado fin de semana vimos el clásico regio. Deportivamente fue un partidazo lleno de emociones. Pero el tema más notable del partido fue Nahuel (si, otra vez Nahuel), el portero de Tigres, que desde la tribuna señalaba con un lasser la cara del portero de Monterrey, encandilándolo y molestándolo de manera antideportiva. La Liga Mx tiene un código de ética que debe de ser acatado por jugadores y directivos. Y tristemente, nadie lo atiende.
DEPORTISTAS TRANSGENERO
En el estado de Virginia, en los Estados Unidos, un tribunal autorizó a una atleta transgénero competir en la categoría femenil en competencias oficiales. Antes de avanzar en este tema, es importante declarar que cualquier persona de la comunidad LGBTIQ+ tiene los mismos derechos que cualquier persona, y personalmente, tiene mi respeto. Pero considero que físicamente una mujer transgénero tiene un físico más poderoso que una mujer biológica, y la competencia entre ellas en cuestión velocidad y fuerza no es justa. Aquí entra el principio de honorabilidad en el deporte, más allá de cualquier percepción legal. Por ello el título de esta columna: “Deporte Oxidado”.
