Las expectativas del crecimiento de un país son de mucho interés. Su medida más general es el Producto Interno Bruto (PIB), representa la totalidad de bienes y servicios generados por una economía durante un periodo de tiempo, el cual permite conocer cómo se desempeñan los sectores productivos en la generación de la riqueza. Saber las expectativas, orienta las decisiones de los inversionistas hacia el futuro.
Para México, las expectativas de crecimiento eran llegar al 1.8% en promedio durante el periodo 2018 a 2024, tomando en cuenta la caída sufrida por la pandemia y el proceso de recuperación. Sin embargo, la tasa media de incremento poblacional fue de 1.4% para 2010 y de 1.2% para 2020.
Como es evidente, un crecimiento económico promedio del 1.8% es insuficiente para abatir el rezago que se viene arrastrando y para mejorar las condiciones de vida de la población. Si agregamos que la inflación ha venido creciendo de manera sostenida y que producto de eso continuaremos teniendo tasas de interés altas, que afectarán negativamente las decisiones de los inversionistas por arriesgar sus recursos en nuevos proyectos, no se ve la vía de recuperación para retomar el crecimiento real. Ello significará mayor pobreza y menos oportunidades.
En Querétaro, los esfuerzos se han orientado a atraer inversiones. Eso ha contribuido a tener un escenario más favorable y ha permitido el crecimiento económico en la entidad por arriba de la media nacional #BienxQro.
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