Luis M. Gutiérrez Contreras
Es un hecho que el diseño es un factor importante para el crecimiento y desarrollo de un país. Hay ejemplos palpables como lo son el caso de Brasil y Corea del Sur, los cuales son un buen referente de que, si desde una postura gubernamental se promueve al diseño como una estrategia nacional, se puede lograr que tanto el sector público como el privado lo implementen en todos aquellos proyectos que requieran una propuesta de valor que marque una diferencia. El ejemplo de ambos países es que, al integrar el diseño como una constante desde un plan de desarrollo nacional, se logró incrementar los índices de PIB y hubo un incremento en exportaciones lo cual eventualmente llevó a un crecimiento de los índices de empleabilidad y por ende las familias tuvieron más dinero para poder poner pan en las mesas de sus casas.
Las universidades deben estar preparadas para poder generar diseñadores de alto perfil que estarán integrándose al campo laboral en cuanto concluyan con sus estudios. Es muy importantes que estos profesionistas estén cargados de una mirada crítica hacia su profesión y hacia cómo el mercado laboral tiene considerado que se ejerza. En cuanto a las escuelas de diseño, la pedagogía no solo debe estar orientada a la resolución de problemáticas por medio del uso de las metodologías tradicionales de diseño, es bien importante que siempre se esté a la vanguardia no solo de las herramientas tecnológicas sino también de las intelectuales y que doten de sus egresados de un alto sentido de la responsabilidad sostenible para poder lidiar con los retos para la transformación de su contexto.
Todo está puesto para que México considere al diseño como una de sus estrategias de desarrollo, solo falta que los gobiernos lo integren a sus agendas y se legisle para que pueda concretarse una participación activa en el crecimiento del país.
MT