Isaac Jiménez
Recientemente se ha dado conocer el creciente número de migrantes que intentan llegar a EUA, este considerablemente mayor del que históricamente se había conocido, impulsado principalmente por las difíciles situaciones que enfrentan países latinoamericanos; a ellos se suman también nuestros paisanos. Todos buscando tener un ingreso que les permita alcanzar mejores condiciones de vida para sus familias.
Esa situación ha sido mencionada por precandidatos del país vecino, como Trump, refiriendo a una invasión que es preciso detener, mientras el congreso de ese país presiona al Presidente Biden para que busque una solución en un plazo breve. Se habla de un posible cierre fronterizo con las duras consecuencias que pueden enfrentar estadounidenses y mexicanos. El tema está muy lejos de tener solución y esto se agudiza al ser el final de los mandatos en ambos países.
A esas complicaciones hay que agregar que en los últimos días Banxico informó que las remesas alcanzaron 63,313 millones de dólares en 2023, cifra 7.6% superior a la del año anterior. Sin embargo, debido a la revaluación del peso y al efecto inflacionario, los receptores de esas remesas vieron mermado en 12.73% su poder adquisitivo al cambiar sus dólares por pesos; esta caída es semejante a lo ocurrido entre agosto de 2012 y 2013.
Así que además de enfrentar políticas que serán más adversas, nuestros migrantes también tendrán que enfrentar la caída en términos reales de sus remesas familiares.