Víctor Manuel Rodríguez García*
Para lograr un crecimiento sostenible y un futuro próspero, la sociedad mexicana debe priorizar dos pilares fundamentales: la salud y la alimentación de calidad. En este contexto, los marcadores moleculares emergen como herramientas innovadoras que pueden ayudarnos a alcanzar este equilibrio vital.
Estos marcadores, secuencias específicas del ADN de los organismos vivos, definen las características del organismo y, además, actúan como indicadores para el diagnóstico de enfermedades de origen genético. En la salud, permiten detectar predisposiciones a enfermedades, incluso antes de la aparición de síntomas, reduciendo costos en el sistema de salud y mejorando la calidad de vida.
En la seguridad alimentaria, permiten seleccionar los mejores recursos animales y vegetales, garantizando alimentos de alta calidad a precios accesibles. Además, pueden identificar virus, bacterias y hongos patógenos en alimentos, evitando brotes de enfermedades.
Al integrar estas herramientas en la gestión de la salud pública y la industria alimentaria, México puede construir una sociedad más saludable y bien nutrida, sentando bases para un crecimiento económico sostenible. Una población sana es más productiva, impulsando la economía y atrayendo inversiones.
Para aprovechar al máximo este potencial, es crucial continuar la investigación, validar nuevos marcadores y hacerlos accesibles a través de herramientas de diagnóstico eficientes. Esto requiere una gestión de la innovación, conectando el desarrollo científico con la implementación tecnológica, además de acompañar adecuadamente al consumidor.
México tiene la oportunidad de generar más casos de éxito de esta revolución molecular. Al invertir en ella, mejoraremos el bienestar de la población, fortaleciendo nuestra economía. El equilibrio entre salud y economía es posible y los marcadores moleculares son la clave para alcanzarlo.
* Profesor Investigador del Tecnológico de Monterrey, Campus Querétaro
MT