Adicionalmente, el uso de las plataformas web ha permitido el intercambio de opiniones, la comisión de delitos cibernéticos o sencillamente, celebrar transacciones en línea desde un aspecto económico. Ante este abanico de oportunidades, así como de riesgos, es imperante que los tres órdenes de gobierno, emprendan todas aquellas acciones tendientes a garantizar el goce efectivo de los derechos humanos relacionados con la virtualidad en un ambiente de respeto, educativo y libre de cualquier forma de violencia o discriminación.