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Estudian problemas mentales por la COVID-19

En los últimos dos meses ha crecido el contagio en menores de edad por COVID-19. (Cuartoscuro)
En los últimos dos meses ha crecido el contagio en menores de edad por COVID-19. (Cuartoscuro)

Juan Carlos Machorro La Universidad del Valle de México realiza una investigación sobre nanopartículas ambientales, SARS-Cov-2 y neurodegeneración, asociados a la contaminación del aire, tiene el propósito es incidir en la creación de políticas públicas para llevar a cabo medidas neuroprotectoras en favor de las poblaciones jóvenes que viven en las ciudades. La investigación liderada … Leer más

Juan Carlos Machorro

La Universidad del Valle de México realiza una investigación sobre nanopartículas ambientales, SARS-Cov-2 y neurodegeneración, asociados a la contaminación del aire, tiene el propósito es incidir en la creación de políticas públicas para llevar a cabo medidas neuroprotectoras en favor de las poblaciones jóvenes que viven en las ciudades.

La investigación liderada desde hace seis años por la doctora Lilián Calderón, ha puesto en evidencia el daño cerebral que se ha producido en las generaciones actuales de jóvenes, así mismo ha sugerido medidas correctivas para que las autoridades de salud determinen políticas públicas.

En el proyecto han participado catorce investigadores en medicina, biología, nutrición, patología, neurología y toxicología de siete organizaciones, tanto nacionales como internacionales, con lo que se ha logrado dar continuidad a la investigación hacia diferentes direcciones enfocadas en la salud y el medio ambiente, además ser replicable.

La investigadora y neuropatóloga de UVM Lilian Calderón, explicó que las enfermedades de Alzheimer y Parkinson tienen un inicio temprano en las poblaciones jóvenes de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México. Los residentes de la megaurbe con pre-SARS-Cov-2 tienen acumulación cerebral de proteínas aberrantes y nanopartículas, y por ende son receptores ideales del virus neurotrópico.

Resaltó que la vía de entrada del virus del COVID-19, viaja por los mismos portales dañados por nanopartículas, incluyendo el epitelio olfatorio nasal, el tracto gastrointestinal y la barrera alveolar-capilar, por lo tanto, producirán un daño más rápido y generalizado.

El virus ARN neurotrópico SARS-CoV-2 produce complicaciones neurológicas y la aceleración de procesos neuroinflamatorios y neurodegenerativos, lo cual es preocupante en poblaciones que ya tienen un proceso neuroinflamatorio bien establecido y relacionado con las nanopartículas producto de la contaminación.

Ante estas circunstancias, el interés en esta investigación, es establecer los riesgos que existe para la población y las medidas neuroprotectoras que se pueden llevar a cabo para proteger a los jóvenes con cerebros en desarrollo, expuso la Dra. Lilian Calderón.

En tanto, el Dr. Gerardo Dubcovsky, Vicerrector Institucional de Investigación de la UVM, señaló que “el COVID-19 se controlará cuando se vacune por completo a la población. Pero no hay vacuna para el aire que respiramos cada segundo que aspiramos. Nuestra responsabilidad, es mostrar con evidencia científica qué está sucediendo, y dar los elementos a las autoridades de salud de diversos organismos para que se generen políticas públicas que protejan a la población”, dijo.

Expresó que en las ciudades se está acostumbrado al semáforo ambiental, sin embargo, no se tiene visibilidad sobre el daño que generan las partículas suspendidas finas (PM2.5) producto de contaminantes atmosféricos. “Cada vez que aspiramos aire, estas partículas ingresan a nuestros pulmones, por su tamaño pasan al torrente sanguíneo y se depositan por millones, en órganos vitales del cuerpo”, dijo.

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