En este año se conmemora un siglo del fallecimiento de uno de los mejores toreros que han brillado en el orbe taurino
Juan Carlos Sámano
100 años de que en Talavera de la Reina sucedió lo que nadie imaginaba posible, que un toro le quitara la vida a José Gómez Ortega, también conocido como “Gallito” en carteles o “Joselito” en la calle.
Indiscutible figura del toreo que se caracterizó por su capacidad lidiadora y un gran conocimiento de las condiciones del toro de esa época. Dentro de sus principales aportaciones está el toreo en redondo, que es la base del toreo actual. Fue tan brillante que se percató que el toreo que más gustaba a la gente era en redondo, y por ende, de la importancia de la faena de muleta, ya que con ella se terminaba de “quebrar” al toro y prepararlo para la muerte.
De igual manera, también promovió la ordenada selección de los toros depurando la bravura para hacerla más acorde a las demandas del espectáculo que se encontraba inmerso en un cambio a inicios del siglo XX. Tanto fue así, que logra modificar los criterios de tienta y de selección para amoldar el toro de esos tiempos al toreó que él tenía en la cabeza.
Sin duda fue un genio del toreo, sentó bases fundamentales para la tauromaquia actual, impulso la creación de plazas Monumentales para que en estos nuevos recintos se pudieran abaratar las entradas y tener un mayor número de espectadores. Así mismo, creo la figura del veedor, la manera de estructurar sus temporadas… Sin Joselito, los toros serian de otra manera.
Estuvo muy atento a la importancia de los nuevos medios de comunicación de los que el cinematógrafo era el más apropiado para difundir el toreo, y es por ello que hay, prácticamente, mas minutos suyos grabados en película, que la suma de los filmados a todos los toreros desde el nacimiento de este aparato hasta la guerra civil.
Mejoró el espectáculo, amplió la base social de espectadores e impulsó los canales de difusión lo que basto para convertirlo en una figura de relevante importancia, haciéndolo siempre bajo un absoluto respeto al toreo clásico y por ende un respeto al toro, respetando el arte y al público, ofreciendo un espectáculo donde la búsqueda de de la belleza se realiza sin eludir el riesgo, cosa que hizo patente en Talavera de la Reina.