Si los artistas hacemos música, quizás sea para encontrarnos con otras personas, para no sentirnos solos, para hablar de nuestras preocupaciones
Óscar Ortega (Tiny Bars of Soap)
Voy a decir una de las cosas más cursis que he dicho en mi vida: Los artistas no hacemos música para ser felices, lo hacemos porque necesitamos amor.
Me explico. María Callas dice en el documental sobre su vida: Maria by Callas, que si eres un artista, nunca puedes ser realmente feliz. No pretendo compararme con María Callas, pero esa afirmación es especialmente cierta para mí. Hacer música claro que es una gran dicha y un privilegio. Pero siempre hay una parte del año, o varias, en las que hacer música se vuelve difícil por varias razones. Por un lado, están las personales. Llevo tiempo haciendo música, así que en ciertos momentos me pregunto si lo que estoy haciendo es relevante para mi vida, si todavía tengo cosas que decir, si lo sigo disfrutando. A eso le puedo agregar razones externas en varias categorías: Estereotipos, siempre está el fantasma de si hay una discrepancia entre los sonidos que me gustan y los sonidos que deberían gustarme; dinero, además de hacer música también trabajo en otra cosa, entonces el tiempo se reduce mucho; arte, siempre me top, al decir que hago Pop, con que la gente de inmediato piensa que lo que busco es ganar dinero y no hacer arte, me parece que eso solo refleja nuestra ignorancia sobre la industria musical. Y así, vuelvo a mis razones personales y las contrapongo contra las externas. Entonces me doy cuenta, cada vez con mayor contundencia, de que hacer música es una decisión que tomo todos los días y que esa decisión la tomo solo. Y vuelvo a la pregunta: ¿Hacer música me hace feliz? Porque una respuesta positiva validaría todo el esfuerzo fácilmente. Pero creo que la respuesta es que no.
Si los artistas hacemos música, quizás sea para encontrarnos con otras personas, para no sentirnos solos, para hablar de nuestras preocupaciones, de nuestras vivencias. Si hacemos música quizás es porque tenemos la esperanza de encontrar una comunidad a la que podamos pertenecer. Así que sí, hacemos música porque tenemos necesidad, necesidad de amor.