La pandemia del Covis-19 fue la ‘bonita’ oportunidad que no desaprovecharon los ‘honestos políticos’
Pedro L. Jáuregui Á.
En Colombia hay un mal que es peor o igual que la pandemia del coronavirus y es la corrupción, una profesión que hizo carrera en todos los estamentos a nivel público y privado.
Decimos que la corrupción es una profesión, porque el principal requisito para obtener un cargo es tener una historia delictiva o un ‘padrino’ político, de reconocido prontuario judicial. Irónico, pero cierto. En Colombia se ha dado el caso de que una persona que no es ni bachiller llegue a la presidencia del Senado. Increíble, pero que no se puede ocultar.
En Colombia, la corrupción aparece en cualquier lugar, sin importar la temperatura o la edad y llegó con los españoles, cuando la conquista de América, pero tiene un alto elevado nivel de contagio.
“El que se robe una ayuda para atender una pandemia cae en la condición de ser un bandido de la peor ralea, una rata de alcantarilla”, dijo el presidente Iván Duque.
Pero que puede pasar si el culpable es de su mismo grupo político y hay antecedentes de otro peso pesado de la política nacional que esta a punto de ser ‘canonizado’ porque repartió entre los pudientes recursos que era para los agricultores de escasos recursos.
Además en la finca de un embajador se encontró un laboratorio para procesar coca y en lugar de ser destituido de inmediato su retiro se dio pasado un mes.
En años anteriores los asaltos de los supuestos honestos políticos colombianos a entidades oficiales como Dragacol, yidispolítica, parapolítica, Interbolsa, Caprecom, Saludcoop, cartel de la contratación de Bogotá, Agro Ingreso Seguro y Reficar despertaron la sensibilidad, pero las condenas fueron risibles, en muchos de los casos. “Casa por cárcel, en mansiones dignas de Bill Gates, pero los antisociales de cuello blanco se quedaron con los dineros.
La pandemia del Covis-19 fue la ‘bonita’ oportunidad que no desaprovecharon los ‘honestos políticos’, a pesar de la lapidaria frase del Presidente para intentar hace su feria. Ahora falta ver si lo consiguen, señores hagan apuestas, dicen los gariteros.