Una reforma a todas luces anacrónica, que pareciera dar pasos hacia atrás en cuanto a innovación tecnológica en materia energética
Hugo Cabrera
En el concierto mundial de las naciones, la innovación y el desarrollo tecnológico son pilares fundamentales para el progreso y la generación de bienestar entre la población; más aún en asuntos como la obtención de energía, que de manera transversal impacta los más diversos temas, desde justicia social hasta sustentabilidad.
La iniciativa preferente enviada por el Presidente al Congreso Federal, con reformas a la Ley de la Industria Eléctrica, fue aprobada por los Diputados Federales con 304 votos a favor, 179 en contra y cuatro abstenciones, aprobación como le gusta a quien encabeza el Ejecutivo Federal, sin modificarle una sola coma.
Una reforma a todas luces anacrónica, que pareciera dar pasos hacia atrás en cuanto a innovación tecnológica en materia energética y que, por si fuera poco, se pronostica que será nociva para el medio ambiente y para el bolsillo de las familias mexicanas, todo esto bajo el estandarte de una supuesta soberanía energética, que suena a discurso trasnochado.
La reforma apuesta a la generación de energía a través de las centrales de la Comisión Federal de Electricidad, considerando también las que requieren combustibles más caros y dañinos para el medio ambiente como el combustóleo y el diésel; nos aleja de la producción de energías económicas y limpias como la eólica o la solar.
En concreto, los 304 Diputados Federales que aprobaron esta iniciativa preferente, desestimando y desechando el análisis de especialistas, serán responsables de que a las familias en México les lleguen recibos de luz más caros y de que produzcamos una energía más contaminante; justo hoy que debería ser tema prioritario el medio ambiente y la sustentabilidad ante los análisis que señalan el peligroso avance del calentamiento global y sus efectos en el planeta.
De reconocer el valiente debate que realizaron los grupos parlamentarios de oposición para señalar de forma contundente la aberrante reforma que estaba por aprobar la aplanadora del grupo mayoritario; reforma del retroceso que pareciera detener el reloj de nuestro país frente al mundo, rezago que afectará la calidad de vida de los mexicanos y cuyos responsables tienen nombre y apellido, tomando decisiones irresponsables y dañinas para el país.