En la colaboración anterior abordamos el tema de la ciudad como ente dinámico y su constante transformación. Hablamos de los asentamientos humanos y la densificación originada por la demanda de obra de mano. En esta oportunidad de compartir sobre los procesos de transformación urbana en nuestro país, retomaremos nuestra revisión histórica sobre el comportamiento de las ciudades y haremos referencia a la Tercera Ley de Newton que dice que a toda acción corresponde una reacción.
Debido a la suburbanización los centros urbanos dejaron de ser el corazón de la ciudad y paulatinamente fueron perdiendo su predominio socioeconómico y cultural. Una ciudad dispersa con un núcleo débil es económicamente inviable. Esto se ha visto en gran número de ciudades norteamericanas que están en bancarrota y cuyos centros urbanos dejaron de ser el motor concentrador de la vida económica, cultural, política y social que en otros tiempos fueran.
Muchos gobiernos se han dado cuenta que fomentar la suburbanización no es un negocio rentable en términos de la administración del territorio, así que la tendencia del urbanismo actual es precisamente el proceso inverso: la redensificación.
Redensificar, término aún sin ser aceptado por los puristas del lenguaje, es un proceso de transformación urbana que consiste en compactar la ciudad de manera que se pueda obtener el máximo provecho de los servicios y el equipamiento existentes para atender a un mayor número de personas y constituye un elemento clave para revertir el crecimiento desmedido y desordenado de la ciudades en la actualidad.
En el próximo artículo abordaremos la tercera parte y trataremos los temas de la regeneración urbana y la gentrificación.