Parte 2
En esta colaboración hablaremos a detalle sobre el derecho a la ciudad y las mujeres con base en las recomendaciones que el Manifiesto por el Derecho a la Ciudad de las Mujeres presenta como una guía para pensar cómo la urbe tiene que ser planeada y proyectada tomando en consideración factores sociales fundamentales que son necesarios para: evitar la violencia, promover la buena convivencia, fortalecer los lazos sociales, facilitar la movilidad, promover la salud, e incentivar el crecimiento económico así como el desarrollo cultural y social.
Este manifiesto contiene 10 puntos y establece que para que las mujeres tengan pleno derecho a la ciudad es necesario:
- Una ciudad que adopte todas las medidas necesarias – normativas, urbanísticas, económicas, sociales- contra la discriminación hacia las mujeres y las niñas en todas sus formas, para garantizar la igualdad en el ejercicio y la realización de los derechos ciudadanos con principal enfoque a mujeres en condiciones de pobreza, indígenas, migrantes, mestizas y con discapacidad).
- Una ciudad que garantice la paridad en la participación política plena y efectiva, que implique oportunidades para el liderazgo en todos los niveles de la toma de decisiones en la vida política.
- Una ciudad libre de violencias en el ámbito público y privado, que asegure el uso y disfrute seguro de los espacios públicos y los bienes comunes y que garantice libertad de movimiento y la ausencia del miedo.
- Una ciudad que garantice el acceso a una vivienda adecuada, la seguridad de la tenencia, la titularidad de la propiedad para las mujeres, los derechos de herencia, el acceso a agua potable, saneamiento, higiene, en particular de las mujeres únicas responsables de sus hogares y familias.
- Una ciudad que reconozca, valore y redistribuya el trabajo de cuidado. El cuidado debe ser una responsabilidad pública y social.
- Una ciudad que garantice el acceso equitativo y asequible de las mujeres a los bienes, servicios públicos y oportunidades que brindan las ciudades, que incorporen las necesidades de las mujeres, con especial atención al cuidado de la infancia, de las personas mayores y de las personas discapacitadas dependientes (servicios de salud, transporte público, alumbrado público, oportunidades culturales para jóvenes, etc.)
- Una ciudad que promueva la autonomía económica, garantizando igualdad en el empleo, uso del territorio y libertad para decidir sobre el propio cuerpo.
- Una ciudad donde las mujeres tengan una voz activa y decisiva en el proceso de planificación, diseño, producción, uso y ocupación del espacio urbano, donde el proceso de planificación urbana coloque en el centro de las agendas las desigualdades, las necesidades, usos y deseos de la diversidad de las personas, no omitiendo a las mujeres y otras identidades.
- Una ciudad que tenga en cuenta la diversidad por edad, capacidades físicas, origen, nacionalidad, etnia, religión, condición económica, orientación sexual.
- Una ciudad que elimine las desigualdades sociales y de género entre lo rural y lo urbano, que ponga en valor las formas de producción agropecuarias campesinas y la agricultura urbana, centrales a la vida urbana. Una ciudad que promueva la igualdad de género en el acceso al crédito y la comercialización de productos, que promueva y defienda el medio ambiente y la vida.
Este es un ejemplo más de la suma de muchos esfuerzos que a través de la historia se han realizado de modo colectivo para democratizar el derecho a la ciudad, y para seguir avanzando en la conquista por los derechos de todos los habitantes de la urbe.
Semblanza Romy Rojas Garrido.
- Arquitecta queretana, egresada del ITESM Campus Querétaro, es presidenta del Consejo Nacional de Desarrollo Urbano de México (CONARED), además lidera la empresa Urban Linked Culture “ULC” que fundó en 2013.
- Es Maestra en Desarrollo Urbano y Vivienda en países en vías de Desarrollo por la Universidad de McGill, en la ciudad de Montreal, Canadá y Maestra en Valuación Inmobiliaria e Industrial por el Instituto Tecnológico de la Construcción.
- En los últimos 10 años se desempeñó en el servicio público en el Gobierno del Estado de Querétaro, y fue la primera mujer Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas en la administración 2015-2021. Además de ser la primera presidenta de la Red de Secretarios de Desarrollo Urbano de México (REDSEDUM).