Kike Mireles
Todo consumado con la aprobación del plan B electoral, poco o nada importó que este, fuera inconstitucional, el Bloque 4T aprobó el remedo de reformas que buscan pulverizar la operatividad del INE, 6 mil empleados a la calle de golpe y dejando a la derive la organización, verificación, actualización y todo lo que tenga que ver con el padrón electoral.
Aunque la cláusula de vida eterna que permitía transferir votos a partidos para mantener registros quedó fuera, la realidad es que después del 2023 los procesos electorales estarán en riesgo.
El INE ha sufrido un golpe que duele directamente en la democracia de nuestro país, el que no levante la voz hoy, estará poniendo en riesgo el futuro democrático de MÉXICO, hoy está Andrés, pero no olvidemos que en cualquier momento puede llegar un nuevo Díaz Ordaz, un Echeverría o López Portillo.
Recordemos que las reglas del juego que aceptemos hoy, serán con las que jueguen todos los del mañana.