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Compras en línea, el nuevo objetivo favorito de los ciberdelincuentes

Juan Carlos Machorro A raíz de la pandemia de COVID-19, las compras en línea han tenido un incremento. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), de 2019 a 2020 el comercio electrónico tuvo un alza del 81% y alcanzó un valor de mercado de 316 mil millones de pesos, con una participación … Leer más

Juan Carlos Machorro

A raíz de la pandemia de COVID-19, las compras en línea han tenido un incremento. De acuerdo con la Asociación Mexicana de Venta Online (AMVO), de 2019 a 2020 el comercio electrónico tuvo un alza del 81% y alcanzó un valor de mercado de 316 mil millones de pesos, con una participación del 9% en el canal nacional de venta al menudeo.

Pero esta evolución en los nuevos hábitos consumo también atrajo la atención de la delincuencia, que rápidamente ha logrado identificar las brechas de seguridad que existen hoy en día entre los usuarios, las tiendas online y los bancos, lo que ha llevado a que los consumos no reconocidos vía internet se hayan incrementado un 170% de junio de 2020 al mismo mes de 2021, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

“La pandemia de COVID-19 y las medidas sanitarias que tuvieron que implementarse para frenarla nos tomaron un poco desprevenidos. La mayoría de las empresas, incluidos los comercios y los bancos, no estaban preparadas para una situación que obligara a las personas a limitar su interacción directa y a volcarse hacia el mundo digital.

En aras de crear alternativas eficientes y rápidas para no perder la relación con los clientes, se crearon tiendas online sin candados adecuados de protección”, explicó Adolfo Loera, presidente del Consejo de Administración de Biometría Aplicada.

Y es que según la encuesta de Venta Online 2021 de la AMVO, para enero de este año, el 48% de los participantes declaró haberse volcado a internet para buscar alternativas de compra de bienes y servicios, cuando el año pasado el porcentaje era del 40%; mientras que el 40% concretó la compra, en comparación con el 31% del 2020.

La comida a domicilio ha dominado el mercado con el 66% de las preferencias en las compras en línea; seguido de la moda, con el 57%; la belleza y el cuidado personal, con el 52%; electrónicos, con el 46%, y electrodomésticos, con el 43%.

“Esta tendencia llegó para quedarse y no la vamos a poder frenar, aún cuando los niveles de contagio disminuyan y se reactiven las actividades que demandan la interacción persona a persona. La digitalización del consumo ya venía gestándose desde años atrás como parte de la evolución de la cuarta revolución industrial y la pandemia sólo vino a acelerar el proceso. Es por ello que debemos seguir avanzando en la utilización de herramientas que protejan a consumidores y empresas”, recalcó Loera.

El experto en identidad digital puso como ejemplo la Normativa Europea PSD2, que fue aprobada en el 2015 pero que entró en vigor el 1 de enero de 2021, la cual refuerza la seguridad en las transacciones de comercio electrónico mediante la doble autenticación o Strong Customer Authentication (SCA), con la cual ya no bastará un código numérico para autorizar el pago, sino que el cliente deberá usar, al menos, otro método de validación, como un elemento inherente único, que podría ser una biometría.

Añadió que “algunas plataformas utilizan la autenticación biométrica, pero se basan en los datos recabados por el teléfono celular, es decir, con la huella que se registra para desbloquearlo. Esto limita la seguridad de la operación, porque si el teléfono está desbloqueado y la aplicación tiene una sesión abierta, cualquiera puede hacer compras. Y no sólo hablamos de la delincuencia, ya que se han dado casos de niños que hacen compras de miles de dólares mientras jugaban con el dispositivo”, indicó Loera.

Sobre la posibilidad de que se avale en México una regulación similar a la de Europa, el también fundador de Biometría Aplicada indicó que parece una posibilidad lejana, debido a que en el país el sistema bancario apenas está cumpliendo con la regulación que les pide integrar una base de datos con información biométrica de sus clientes.

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