Ya termina el año y en el campo de la psicología se pueden destacar varios aspectos. La clasificación internacional de trastornos mentales DSM-5 entró en su etapa inicial de divulgación y aplicación y posible desaparición, ya que son muchos los organismos que la han cuestionado y hasta sugieren realizar algunas modificaciones. La misma Asociación Americana de Psicología (American PsychologicalAssociation, APA) tiene observaciones importantes. Hablando de la APA, esta destacada institución ha continuado una campaña para concienciar a los usuarios de los servicios de salud mental sobre las diferentes opciones de tratamiento que existen para abordar los estados de depresión, pretendiendo contrarrestar el uso de los psicofármacos y ofrecer a la población información validada y contrastada sobre la eficacia de las intervenciones terapéuticas que realizan los psicólogos certificados, lo que es lo mismo; los psiquiatras reconocen al fin el trabajo que realizan los psicólogos y la eficacia del uso de la palabra en la psicoterapia.
Lo cierto es que los tratamientos psicológicos permiten que las personas desarrollen habilidades emocionales, cognitivas y sociales, incrementando su autoestima, reflexión y asertividad sobre sus problemáticas. Se aprende a resolver problemas de una manera objetiva y conveniente. Los pacientes no solo dependerán de un factor curativo, como pudiera ser el fármaco que consumen, sino que la persona se va dando cuenta de que sus cambios son a largo plazo cuando se da cuenta de que los va aprendiendo. Lo mejor de ello es que la psicoterapia no tiene efectos secundarios negativos y no es adictiva. Claro, en cualquier intervención profesional el cumplimiento de la ética es importante para lograr los resultados esperados.
Existen cientos, pero aún se realizan estudios comparativos para determinar qué tipo de psicoterapia es más efectiva, dependiendo de los trastornos mentales y problemáticas psicosociales en el paciente. Sin embargo, considerando las categorías de terapia conductual, terapia cognitiva, terapias humanistas, psicoanálisis, terapias psicodinámicas, terapia breve y de emergencia y terapia integrativa u holística, como las más comunes, es importante que el usuario tenga una comunicación clara y directa con el psicólogo clínico, experto en psicoterapia o formado en ella, para conocer los alcances y pertinencia del tratamiento. Recordemos que un tipo de terapia no es aplicable para cualquier persona, ya que el ayudar a otros implica modificar conductas, cogniciones, emociones o algunos aspectos de la personalidad.
Los psiquiatras han reportado que el trabajo del psicólogo no queda exclusivamente en la función de ‘auxiliar para el diagnóstico’, aplicando psicometría variada, sino que muchas veces, su intervención es más efectiva para aliviar síntomas, reducir la probabilidad de recaídas, mejorar la calidad de vida, promover el funcionamiento adaptativo en el trabajo, en la escuela y en la red social y familiar, que el propio fármaco prescripto, ya que el paciente suele rechazar o suspender la medicación por los efectos indeseables que causa.
Lo anterior es un buen mensaje ahora que la salud mental en Querétaro convoca a que los profesionales en común, se involucren y participen conjuntamente.
¿Será esto posible?
Por: Juan Carlos García Ramos, Psicólogo Clínico
Blog: www.psicologogarciaramos.bligoo.com.mx
Twitter: @psicgarcia
