En la actualidad el Suicidio es reconocido como problemática de salud pública ya que los índices se incrementan día a día. Las estimaciones que hace la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertan a que profesionales y comunidad en general actuemos de manera inmediata y conjunta, esto, como parte del compromiso de cuidar y mantener nuestra salud. Debido a esto, el suicidio requiere nuestra atención, pero desgraciadamente su prevención y control no son tarea fácil. Investigaciones recientes señalan que la prevención del suicidio si bien es posible, comprende una serie de actividades que van desde la provisión de las mejores condiciones posibles para la educación de los jóvenes y los niños, el tratamiento eficaz de los trastornos mentales, hasta el control medioambiental de los factores de riesgo. La difusión apropiada de la información y una campaña de sensibilización sobre el suicidio son elementos esenciales para el éxito de los programas de prevención.

En 1999 la OMS lanzó el programa SUPRE, una iniciativa mundial para la prevención del suicidio. Este documento forma parte de una serie de instrumentos preparados y dirigidos a grupos específicos sociales y profesionales particularmente relevantes para la prevención del suicidio. Representa un eslabón en una cadena larga y diversificada que comprende una amplia gama de personas y sectores incluyendo profesionales de la salud, educadores, organizaciones sociales, gobiernos, legisladores, comunicadores sociales, oficiales de la ley, familias y comunidades.

Dicha organización (OMS, 2002) señala que en el mundo occidental, el suicidio es la primera causa de muerte violenta. La Mortalidad por suicidio es la complicación más grave de todos los trastornos psiquiátricos. Así, la enfermedad mental es el primer factor de riesgo suicida, especialmente entre los jóvenes y adultos. Sin embargo, la mayor proporción de suicidios (40 por ciento) se observa en la población de gente mayor; en este grupo, son los trastornos depresivos y la patología médica, los factores más influyentes. Mundialmente el suicidio es una de las cinco causas de mortalidad en la franja de edad entre 15 a 19 años. En muchos países encabeza como primera o segunda causa de muerte tanto en los varones como en las mujeres de este grupo de edad. La prevención del suicidio entre los niños y adolescentes es por lo tanto de alta prioridad. Dado el hecho de que en muchos países y regiones la mayoría de los comprendidos en este grupo concurren al colegio, éste último aparece como un lugar excelente para desarrollar acciones preventivas apropiadas.

El suicidio entre los jóvenes menores de 13 años es poco frecuente. La mayoría de los suicidios entre jóvenes tienen lugar en la adolescencia temprana, mientras que el suicidio es aún más raro antes de los 11 años. Sin embargo, en Querétaro hay un crecimiento preocupante de intentos suicidas y suicidios consumados los jóvenes menores de 15 años, así como en la franja de 15 a 19 años de edad.

Los métodos de suicidio varían. Algunos, por ejemplo, son el uso de pesticidas como un método común, mientras que otros la intoxicación por medicamentos y ahorcamiento son más frecuentes. Los varones mueren mucho más a menudo a causa del suicidio que las mujeres; una de las razones para esto es que recurren a métodos más violentos para cometer suicidio, tales como armas de fuego, ahorcamiento y heridas letales, con mayor frecuencia que las mujeres.

Los avances terapéuticos en el tratamiento de los trastornos mentales y el suicidio, han sido espectaculares en los últimos años. La prevención y el tratamiento están en buena medida en manos detectoras: profesores, médicos familiares y asistentes del voluntariado, sin desatender la atención oportuna de la familia y amigos.

Cualquier persona, en algún momento de su vida, pensar que la vida no tiene sentido por diversas causas: una enfermedad física o mental, la pérdida de una relación afectiva, la experiencia de una violación sexual, un embarazo oculto, el sentirse en soledad, estados de angustia ante las dificultades cotidianas. La baja tolerancia a la frustración y las frágiles habilidades sociales, cognitivas, afectivas llevan a pensar que el morirse es la mejor y única opción para resolver el conflicto.

Las amenazas suicidas son expresiones verbales, escritas o acciones del deseo de matarse y deben tenerse en cuenta, muy a pesar de las creencias o mitos al respecto. El suicida, a pesar de las razones o motivaciones de porqué quiere hacerlo, pasa por un proceso en el que suceden muchas cosas. Decimos que el suicida construye su muerte bajo en andamio muy personal por lo que los motivos de una persona pueden no serlo para otras.

La Organización Mundial de la Salud, con el fin de alentar al desarrollo de planes de acción en contra del suicidio, celebra año con año el 10 de septiembre como el Día Mundial para la Prevención del Suicidio. En nuestro municipio se realizarán diversas acciones que tienen el objetivo de unificar los programas de diversas instituciones y de crear conciencia entre la población que para resolver problemas, hay muchas más soluciones que el atentar contra la vida misma. Me gusta la vida.

Por: Juan Carlos García Ramos

Psicólogo Clínico

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