Ante el insólito y malhadado triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, la reacción de la mayoría de los mexicanos ha cubierto un variado rango de nuestras emociones y sentimientos: miedo, odio, ira, tristeza, desengaño e inclusive burla.
De las alternativas anteriores, yo me quedo con la burla por varias razones: a) prefiero no desgastarme ante un atolladero que no está en mí cambiar, b) optar por la risa me permite liberar endorfinas a costa del procaz émulo de Putin, c) me proporciona una oportunidad sin igual de satisfacer mi urgente necesidad de desahogar mi frustración y mi enojo. Para este propósito, he recurrido a la proverbial ayuda de un diccionario para insultar con propiedad, recién publicado por los editores de la revista Algarabía, quienes nos recuerdan lo catártico que puede resultar el acto de zaherir de manera elegante a quien bien se lo merece.
Pilar Montes de Oca, editora en jefe del citado diccionario, apunta: “Nos dimos a la tarea de recopilar durante varios años más de 2 mil insultos, muchos de ellos tomados de diccionarios, legajos, textos literarios, pasquines y del uso coloquial del habla para formar un diccionario que le haga honor al Arte de Insultar y nos ayude a ‘hacerlo con propiedad’”.
Tras recorrer dicho glosario de la “a” a la “z”, he seleccionado los siguientes improperios, a los que el lector/lectora podría recurrir si decidiese denostar de manera elegante al ruin y torvo personaje de copete anaranjado, próximo a convertirse en mandamás de la nación anglófona. Veamos:
Alfarnate: Bribón (por ejemplo, “Trump es un alfarnate que sacó ventaja de la buena voluntad de tantos inocentes”).
Algarivo: Dicho de alguien injusto, inicuo, rebelde (“Este magnate es un individuo algarivo acostumbrado a salirse siempre con la suya”).
Atrabiliario: De genio destemplado y violento (“Es un hombre tan atrabiliario que hasta sus contrincantes le sacan la vuelta”).
Bandarra: Sinvergüenza (“Al bandarra de Trump le encanta mentir sin morderse la lengua”).
Bombeta: Orgulloso, creído, presumido (“Este bombeta carece de la sencillez que caracteriza a Barack Obama”).
Caparra: Persona atosigante e impertinente en su conversación o advertencias (“El futuro presidente del país vecino es un caparra de pesadilla”).
Carirraído: Descarado (“El racista personaje es un carirraído de la peor calaña”).
Casquite: Persona de mal carácter (“Trump es el casquite por excelencia: amargado y rencoroso”).
Chachalaca: Persona habladora que no pone cuidado en lo que dice (“Habla como chachalaca; ni la sufrida Melania lo entiende”).
Chirrichote: Necio, presumido (“Es un chirrichote que te restriega en la cara sus mal habidos millones”).
Echacuervos: Hombre embustero y despreciable (“No puedo creer que nuestros vecinos del norte hayan elegido a un echacuervos tan de quinta”).
Escomendrijo: Criatura ruin y desmedrada (“Este escomendrijo le hará la vida imposible a las valientes mujeres que se atrevieron a denunciarlo”).
Fafarachero: Charlatán, fanfarrón y vanidoso (“No recuerdo ningún presidente de los EUA que haya sido tan fafarachero como el torvo mequetrefe”).
Farruco: Insolente, altanero (“A diferencia de Hillary, que es una mujer refinada, el farruco de Trump no le llega ni a los talones en prestancia”).
Gatallón: Pillo, tramposo (“Como empresario siempre ha sido un gatallón que se aprovecha de quienes tienen la mala fortuna de trabajar para él”).
Goñotudo: Que grita mucho (“Este goñotudo te aturde por igual los oídos y el entendimiento”).
Matasiete: Fanfarrón (“Comparado con el matasiete de Trump, hasta Luis Miguel parecería modesto y humilde”).
Móndrigo: Dícese de una persona despreciable (“¿Por qué nos odias tanto a los mexicanos, móndrigo?).
Protervo: Perverso (“En su semblante desencajado se le nota lo protervo”).
Rajabroqueles: Valentón que se jacta de pendenciero y combativo (“Este rajabroqueles se las da de muy gallito, pero en el fondo no es sino un cobarde billetudo”).
Sicofante: Calumniador, impostor (“El cínico sicofante nos hizo ver como violadores y rateros para ganar votos de la manera más infame y despreciable”).
Tagarote: Aprovechado que saca beneficio sin escrúpulos (“Trump resultó ser un tagarote, peor que Salinas de Gortari”).
Trápala: Persona que habla mucho y sin sustancia; individuo falso y embustero (“¿Quién se hubiera imaginado que este trápala se convertirá en eneroen el nuevo inquilino de la Casa Blanca?”).
Uyuyuy: Dícese de alguien que se cree mucho (“Nada más faltaría que este millonario sin escrúpulos se vaya a creer ahora el uyuyuy del planeta”).
Verriondo: Lujurioso, libidinoso (“La pobre de Hillary está condenada a ser la víctima propicia de Trump y su marido, dos verriondos que sepa Dios cómo llegaron a presidentes”).