Cerca de mil millones de personas en el mundo no tienen acceso a una vivienda segura y digna, resultado de inadecuadas políticas urbanas públicas.
En México, existen desarrollos urbanos cuyo diseño es la réplica de un modelo de vivienda con medidas mínimas a bajo costo constructivo y elevado para venta, en el que muchas veces no cumplen con los requerimientos que exige la Ley Federal de Vivienda (Actualización en junio del 2017), y menos recomendaciones de la OMS o la ONU, pero son las únicas opciones a las que tienen acceso millones de personas, las cuales varían y distan mucho de ser un bienestar, porque también se pueden encontrar los malos hábitos constructivos en viviendas económicas, como en los grandes y lujosos departamentos, opciones físicas también en Querétaro, los cuales, con el pretexto de adecuarse a una ciudad compacta, minimizan los espacios interiores y exteriores, igualmente en conjuntos de departamentos donde no hay cisternas, sino solo tanques elevados, sin considerar una crisis de hídrico; casas en clúster con deficiencias externas que requerirán aportación futura de todo el conjunto para solventarlas.
En época decembrina, algunos buscarán adquirir una vivienda, así sea de crédito o contado; económica o de lujo; deberán cerciorarse y exigir estudios de geotecnia, mecánica de suelos, terreno legalizado, acceso al agua potable (investigar proveedor), costo del predial y mantenimiento, instalaciones sanitarias adecuadas, alumbrado, materiales adecuados, acceso a calles y avenidas transitables, cercanos a servicios de salud, transporte, escuelas, adecuación a la identidad geográfica, verificando que no sea área protegida, todo encaminado a elegir una vivienda digna.
La vivienda es eje rector de progreso individual y colectivo, es derecho inalienable al individuo y es por eso que el Gobierno debería apoyar, hacer valer leyes y reglamentos para adquirir el bien y que llegue un producto al comprador de forma honesta; pero hasta el momento será obligación del comprador adquirir con certeza y seguridad, para evitarse sorpresas.