Gordon Manley (1958) definió a la isla de calor urbana (ICU) como la elevación térmica de una ciudad respecto a sus áreas verdes.
Gordon Manley (1958) definió a la isla de calor urbana (ICU) como la elevación térmica de una ciudad respecto a sus áreas verdes. Environmental Protection Agency (EPA) asegura que, en una ciudad de 1 millón de habitantes, autos, viviendas, concreto, edificios altos, aire acondicionado, calles y asfalto, la temperatura se eleva entre 1 y 3 grados cuando no existen zonas de mitigación del calor como parques o jardines actuando como termorreguladores.
En recomendaciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) cada habitante debe contar con 16 metros cuadrados de áreas verdes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) baja a 9.2 metros cuadrados. La ciudad de Viena brinda 120 metros cuadrados de área verde por hab. y en América la ciudad con mayor área verde por hab. es Santiago de Chile con 10 metros cuadrados.
En estas recomendaciones, no cuentan áreas naturales protegidas, parques nacionales, zonas de reserva ecológica, de conservación, humedales o zonas de recarga acuífera, estas deberán conservarse, cuidarse y no permitir cambios de uso de suelo, tampoco cuentan las áreas verdes comunes en los desarrollos o las de cada vivienda.
Con una superficie de 69 mil hectáreas, y 878 mil 931 habitantes (Inegi 2015) es urgente y responsable del Municipio de Querétaro designar mínimo 808 hectáreas (1.1% de su territorio, equivalente a 89 alamedas actuales) de áreas verdes para mitigar el calor y contaminación de la ciudad; representación gráfica de esta área es Av. Constituyentes, Av. 5 de febrero, Av. Universidad y Blvd. B. Quintana como perímetro; un área de este tamaño impactaría en una menor temperatura, equilibrio ecológico, recarga de acuíferos, biodiversidad, mejor calidad de vida, y un mejor humor en los habitantes.
Incrementándose la población en la ciudad; deben crecer parques y áreas verdes, así Querétaro se suma al compromiso Nacional del Acuerdo de Paris refrendado en diciembre 2017, donde la meta al 2030 es una reorientación ambiental de 195 países reduciendo en un 22 por ciento las emisiones de gas, con efecto invernadero.