Es curioso el futbol internacional, México no es una potencia en selección mayor, se ganó una Confederaciones en casa ante una selección juvenil brasileña hace 19 años, a pesar de esto se le exige de una forma tal a la Selección Nacional que parece que en realidad tuvieran que ganar y jugar siempre bien, México juega este martes en Querétaro ante Chile, un partido que para algunos es una revancha de aquel fatídico encuentro en la Copa América.
Pero, ¿realmente importa si ganan o no? Diría que no, porque el Tuca es provisional, porque este equipo no es más que un ensayo rumbo a partidos oficiales hasta mediados del 2019, porque algunos de los europeos, por la razón que sea se quedaron en casa, porque Chile no viene completa, porque es solo un amistoso, porque tienen la presión y la obligación que a veces ni selecciones de primer nivel tienen.
México solo ha ganado dos partidos oficiales en el año, ya los he mencionado, esos dos partidos que nos hicieron soñar en Rusia, sin embargo la debacle frente a Suecia y la derrota ante Brasil se quedan en la mente de la mayoría, hace un mes se perdió en amistosos en Estados Unidos, la semana pasada se sufrió ante Costa Rica, sin embargo no somos una potencia, pero aun así si se gana se critica, si no se gana se critica, si se ganó, pero luego ya no, se critica, y soy de los que critica en muchos casos, pero a veces es excesivo.
Solo hay que ver el ejemplo de Alemania, los teutones llevan un año de pesadilla, y aunque algunos piden un cambio, se sigue creyendo en el entrenador, no se meten con los jugadores, no se exige que jueguen bien siempre, importan primero los resultados, y a pesar de que no llegan, los medios no se lanzan contra la Mannschaft.
Tras ganar el Mundial en 2014, en sus siguientes 47 partidos ganaron 29 y perdieron 8, llegaron a estar invictos entre julio de 2016 y marzo de este año, sin embargo en sus últimos nueve encuentros tienen cinco derrotas, una modesta Holanda los aplastó el sábado, tuvieron el peor Mundial en 80 años y han ganado tres de sus últimos 12 encuentros, sin embargo creen en un proyecto, siguen siendo considerados grandes y aunque desciendan a la segunda división de la Nations League y lleguen las críticas, los germanos no exigen de la forma en que nosotros lo hacemos a un equipos que no tiene argumentos para justificar esa exigencia.