De acuerdo con datos de la FAO, se estima que para el año 2050 la población mundial crezca un 35% y la producción de cultivos para alimentar a esa sociedad crecerá el 100%. Tal escenario representa un reto para los profesionistas del sector agroalimentario.
Una de las implicaciones del crecimiento poblacional es que los alimentos deberán producirse con cada vez menor cantidad de recursos naturales, por ejemplo, agua y suelo. Una propuesta para lograr el éxito en esta tarea será la relación entre la innovación en los recursos genéticos y el uso de tecnología en las labores culturales. El avance en el conocimiento del material genético permite desarrollar cultivos más eficientes en el uso de los recursos, pues los procesos de transformación de energía producirán mayor materia prima con menores ingresos. Este desarrollo puede complementarse con la implementación de sistemas de riego y nutrición de precisión. En esta medida, el uso de la tecnología toma un papel fundamental. La automatización de labores culturales y el monitoreo continuo de condiciones ambientales, provee indicadores que permiten el ajustar y tomar decisiones inmediatas, para impactar positivamente el rendimiento.
Solo producir más será insuficiente. Se debe tener conciencia sobre la contaminación ambiental provocada durante el desarrollo de las plantas y animales en los sistemas de producción, y también sobre la calidad e inocuidad del alimento. Estas son algunas de las competencias a desarrollar en los alumnos que decidan aceptar el reto de alimentar a la población. Para este fin se ha construido el Modelo Educativo Tec21, que transformará la manera de generar habilidades, saberes y actitudes en los jóvenes, para resolver situaciones en un contexto real y con visión hacia el éxito profesional.
Para las instituciones, la formación de los recursos humanos que ofrezcan sus servicios para el bienestar de la población por medio de la producción de alimento se convierte en un compromiso integral y una oportunidad para mejorar nuestro futuro.