Indignante y criticable resultó el comentario hecho por el Sr. Luis Videgaray al tomar protesta como Secretario de Relaciones Exteriores en enero de 2017, cuando afirmó: “vengo a aprender de ustedes” dirigiéndose al cuerpo diplomático de dicha dependencia, y además reconoció no tener experiencia en el ramo afirmando “Yo no conozco la Secretaría de Relaciones Exteriores más que como se puede conocer desde fuera”.
Tras una ola de opiniones negativas, una de las conclusiones finales es que en México no se debe tener un titular de secretaría sin experiencia sobre su campo de acción.
Por otro lado, esta semana renunció Carlos Urzúa a la Secretaría de Hacienda, en su carta expuso: “…me resultó inaceptable la imposición de funcionarios que no tienen conocimiento de la Hacienda Pública.”, lo cual básicamente se refiere a gente que le impusieron y que “venía a aprender”.
Y es que en la administración pública mexicana es muy común encontrar servidores públicos con perfil profesional distinto al área en que laboran, precisamente ayer recordaba cuando SEDATU, tras su creación en 2013, absorbió algunos programas de SEDESOL, tales como “vivienda digna”, “pie de casa” y “baño digno” entre otros.
Yo laboraba en un municipio que había trabajado duro para lograr aprobaciones de recursos a través de esos programas y tras el cambio, todo lo logrado en SEDESOL, debía iniciar de nuevo pues las autoridades de SEDATU tenían nuevos criterios, nuevo personal y nuevos puntos de vista, además de una preparación académica distinta a la construcción y los programas sociales.
Dicen que el primer acto de corrupción es aceptar un cargo para el que no estamos preparados técnica o académicamente.
Poco a poco SEDATU entendió el error y fue contratando ingenieros y arquitectos que validaron los expedientes, aunque en el caso de Querétaro, nunca vi que se aprovechara la experiencia de quienes llevaban los programas en SEDESOL.
Por lo visto sigue ocurriendo lo mismo a en el orden federal y lamentablemente, somos los ciudadanos quienes padecemos los atrasos o fallas en la aplicación de recursos públicos mientras los funcionarios “llegan a aprender”. ¿podremos hacer algo para evitar esa situación?