Esta colaboración semanal surge con el propósito de hacer un análisis más a fondo y considerando diversos puntos de vista, de los diarios tuits que he venido haciendo desde el 1º de Diciembre, y que, precisamente, llevan el #MonitoreoAMLO. Esta semana, después de que @lopezobrador_ explotara ante un grupo de manifestantes en Cd. Valles, pidiéndole su apoyo para con el Presidente Municipal por cuestiones relacionadas con el agua, me está empezando a dar la sensación de que hay algunos asuntos que empiezan a hacerse viejos, a tan sólo 7 meses y días de haber iniciado este gobierno, y tal cual lo manifeste en un tuit el dia de hoy, martes 23 de julio: “DÍA 235 – Desde temprano, y ya se está volviendo tedioso, aburrido y obsoleto: 1. Tengo otros datos. Desacreditar a toda institución financiera internacional. (FMI); 2. Los medios tienen la culpa. Se enteran que mando a mi hijo al Camp Fifi. #MonitoreoAMLO @ConsultaPara.
Esto resume lo que día a día se vive en las cada vez menos frecuentadas #HomilíasMañaneras: En cuanto un medio cuestiona, critica o contradice el dicho del Presidente, surjen las 2 respuestas mágicas que conllevan a eludir cualquier presentación de argumentos que puedan sustentar el muy aludido “Derecho de Réplica”: a) No tengo confianza en esas instituciones, porque tengo otros datos; b) Son ataques de nuestros adversarios, de los de cuello blanco y la prensa fifi.
Hoy, en especial, se ha vuelto a vivir un día en la que esas instituciones “adversarias”, que son tal, por el sólo hecho de decir sus resultados, producto de análisis y estudios estadísticos y econométricos, como el caso del FMI, dan a conocer una vez más una baja en el pronóstico de crecimiento de nuestra economía. Sin embargo, los mercados si confian en esos datos, y la BMV cae a su mínimo en lo que va del año.
La otra parte de las respuestas mágicas, se da cuando @vanguardiamx informa sobre el campamento al que envió el Presidente a su hijo: En ningún momento #AMLO dio una razón o contesto esa pregunta, sino que se refirió a los “delincuentes de cuello blanco” y a “nuestros adversarios”. Necesitamos, cómo sociedad, tener respuestas con argumentos sólidos y bien fundamentados, y que no se nos olvide que “acabando con la corrupción” se iban a solucionar todos los problemas de México. Hasta el momento, no ha sido así.