Cuando tienes a tu cargo un quehacer legislativo, siendo asesor o directamente como representante popular, adquiriste una responsabilidad enorme. Legislar es una de las herramientas más útiles para instrumentar un orden jurídico; no quiere decir que vamos a resolver todos los conflictos de la sociedad con la imposición de una ley.
Lo que sí podemos generar son parámetros para gestionar el deber para con la ciudadanía. El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) publicó recientemente una obra de lectura obligada para todos los que ejercen el servicio público, en la cual se establecen algunas recomendaciones a los Congresos locales. Dicha compilación, reitera el exhorto para la aplicación efectiva de la cláusula anti discriminatoria con un eje de transversalidad en sintonía con lo que mandata el artículo primero constitucional.
No podemos concebir al Estado mexicano sin el respeto irrestricto a los derechos humanos; razón suficiente para que toda norma se revise dos veces antes de aprobarse. Como un segundo eje, hace referencia a la importancia de conocer los tratados internacionales ratificados por México para su correcta armonización con nuestro marco regulatorio. Sucede en múltiples ocasiones que las y los legisladores adhieren ciertos conceptos más no adaptan la contextualización de los mismos.
De nada sirve incorporar terminologías si no conocemos el origen de su interpretación. A la par, debemos construir el hábito de la investigación; realmente me consterna la exposición de motivos de algunas iniciativas sustentadas en notas periodísticas; la consulta de documentos con validez reconocida debe estar al margen del día.
Como otro punto a considerar, tenemos el recordatorio de que la redacción legal tiene una tendencia sexista en cuanto a la inclinación hacia el género masculino; en esta concepción me gustaría poner sobre la mesa la preponderancia del lenguaje incluyente y el uso adecuado de los términos de referencia como: personas con discapacidad, adultos mayores o trabajadoras/es del hogar; sumando la correcta implementación de medidas especiales para acotar las desigualdades, hemos tenido éxito. En conclusión, estas sugerencias a los congresistas pueden ser el timón hacia la recomposición del tejido social y de igual forma, una métrica de eficacia para sus labores.