A lo largo de los años hemos notado los cambios tan drásticos que se han dado en cuanto a la educación, en donde antes con una sola mirada se sabía lo que se tenía que hacer
Laura Casados
A lo largo de los años hemos notado los cambios tan drásticos que se han dado en cuanto a la educación, en donde antes con una sola mirada se sabía lo que se tenía que hacer y ahora por más que se habla y se hace no logramos tener un equilibrio familiar.
¿Será porque algo nos ha hecho falta o porque realmente les hemos dado demasiado al grado de ya no saber qué es adecuado o no? La semana pasada tuve la oportunidad de leer un gran libro de una persona a la cuál admiro demasiado, y que tanto este libro como toda su colección, me ha ayudado en mi trabajo constante con los padres de familia que tienen hijos con discapacidad ya que su forma de abordar la forma adecuada de educación con los niños es completamente diferente y realmente productiva en estos tiempos. Su nombre es Jesús Amaya Guerra y el libro del que les hablo es el de “Los hábitos de la autodisciplina. ¿Cómo evitar arruinar sus vidas?”, en donde aborda de una forma muy amena los errores que podemos estar cometiendo como padres y cuál es la mejor manera para poderlo solucionar.
A veces no nos percatamos de que podemos arruinar le la vida a nuestros hijos, ya que como lo menciona el libro por una parte los padres están presionando a los hijos para que sean los mejores en todo, pero por otra no permiten que nadie les exija nada y eso sólo es incongruencia ya que estamos creando personas débiles y con muy poca tolerancia a la frustración.
Los niños deben experimentar la frustración para que desarrolle su fortaleza, ya que qué la verdadera felicidad no es la que se logra haciéndolos felices solo hoy sino la que se va construyendo día con día enseñándolos a fortalecerse de sus derrotas y a estar conscientes que cualquier decisión que tomen tendrá una consecuencia ya sea positiva o negativa, pero será responsabilidad de ellos sobrellevarla.
Así que el tip del día de hoy es, recuerden que en esta actualidad se necesitan padres que formen personas con carácter, autoestima alta, fortaleza, integridad, nobleza, autocontrol y autodisciplina, para crear en ellos seres productivos en la sociedad y que lejos de ver a las personas con discapacidad como una carga nos vean como una inspiración para seguir adelante día a día