Querida lectora, tradición que ya cumple su segundo otoño reunirnos en este trozo de papel a compartir experiencias, siempre intensas
José Luis Oliva
Querida lectora, tradición que ya cumple su segundo otoño reunirnos en este trozo de papel a compartir experiencias, siempre intensas, siempre agradables para sensibilidades que encuentran en el viajar “la flor de la vida”. Escribe tu historia a [email protected] y revela las flores de tus viajes.
Las flores acompañan al romance desde que la humanidad existe. Siempre son una “arma” infalible para la seducción. También son frecuente motivo del viajes o también intenso recuerdo de ellos. “Quien viaja sin disfrutar las flores viaja la mitad” como dice el viejo refrán árabe.
- Florida diversión. Llegué por que Javier mi esposo ya había sido nombrado director y pues había que vivir ahí, en la capital de Antioquía, Medellín,.Fueron siete años y lo que más me gusto siempre fue la fiesta de la flores, un verdadero carnaval con muchas actividades, la más tradicional la de los “silleros”. Un desfile de hombres cargando en la espalda verdaderas obras de arte hechas con flores, desde imágenes religiosas hasta arte abstracto, una belleza impresionante, además todos bailando. Indescriptible sensación, es lo que más extraño de Colombia.
- Orquídea presidencial. El jardín botánico de Shangai tiene uno de los viveros más grandes de orquídeas en el mundo, realmente fue un alivio llegar ahí. Era mi luna de miel y desde niña quise ir a Japón a ver los “cerezos en flor”, ya íbamos a llegar y ¡zas! el tsunami, así que lo único que conocí de Tokio fue el aeropuerto. Afortunadamente mi flamante esposo hábilmente logro que estuviéramos cuatro días en vez de dos en Shangai y ahí conocimos el impresionante orquidiario que tenía la orquídea “Nilda Patricia Zedillo” ya que fue diseñada genéticamente para la exprimera dama.
- Los labios de novia. Me dicen que hay en toda América, pero yo nunca la había visto, fue en Surinam, país tan hermoso como desconocido en Sudamérica. Es una flor increíblemente parecida a los labios de una mujer, cuando vez un sembradío de ellas, la sensación es intensa, parecen cientos de bocas de mujer. Fui al singular sembradío de niña porque me di un golpe en medio del viaje familiar y las hojas de esta flor son un potente anestésico.