Si alguno de ustedes ha tenido oportunidad de entrar a una zona militar, sabrá que son lugares perfectamente ordenados
Carlos Alberto Contró
La primera noticia que vi ayer es que un juez fundamenta levantar la suspensión de la construcción del Aeropuerto de Santa Lucía porque: “Suspender #SantaLucía, pone en riesgo: protección y seguridad para todos los ciudadanos de la República al impedir la aplicación del Plan DN-III-E”.
La verdad es que no entiendo nada. Lo primero, Santa Lucía, es una Base Militar, con una comunidad del Ejército viviendo y haciendo su vida diaria, además de las operaciones y maniobras que se ejecutan a diario en ese lugar.
Si alguno de ustedes ha tenido oportunidad de entrar a una zona militar, sabrá que son lugares perfectamente ordenados, reina un ambiente de orden, disciplina, limpieza y responsabilidad.
Una zona militar, y aún más, una base aérea militar, no permite descuidos, no permite zonas de holgura o personas que esten por ahí paseando nada más. Por lo tanto, permitir que la Base Aérea siga con sus funciones actuales, sería lo más lógico y factible, y desde ahí se pueden instrumentar las estrategias dictadas por los altos mandos de nuestro Ejército.
Por eso, no entiendo cómo el construir ahí un aeropuerto, desalojar a las familias, cambiar la vocación de base militar, va a ser un impedimento para realizar los despliegues y maniobras para cuando sea necesario implementar planes tan trascedentes e indispensables, para la población, como es el Plan DN-III-E, y otras maniobras y estrategias.
En segundo lugar, un juez debería considerar no solo el argumento que se esgrimió con respecto a la Seguridad Nacional, que, como manifesté en la idea anterior, no encuentro la lógica de la argumentación, sino también sopesar todos los factores que van a tener una influencia directa en la construcción, desarrollo, eficiencia, productividad y proyección de un aeropuerto de la talla que que se necesita para la capital de nuestro país, que es una de las 15 economías más grandes del mundo. ¿No basta el famoso argumento del cerro? ¿Van a pasar por alto la serie de requisitos, permisos y estudios de factibilidad de todo tipo que se necesitan para ejecutar una obra así? Por eso, tampoco entiendo por qué dar para adelante con un proyecto que ni siquiera ha reunido los requisitos para, por lo menos, considerar su factibilidad.
Tampoco entiendo porque la tendencia es dejar “vivo” al NAICM (Texcoco) y empezar esta nueva obra. La necesidad de contar con una infraestructura aeroportuaria con visión al futuro, no es llevar a nadie al despeñadero, es un requisito imperativo para que muchas áreas de nuestra economía puedan crecer. En verdad no entiendo porque no entienden. Por cierto, hoy mi padre cumpliría 84 años de edad, que Dios lo tenga en su Gloria.