El brutal Gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro es el principal responsable
Nicholas Kristof
Este país es una cleptocracia gobernada con incompetencia por malhechores que están convirtiendo una próspera nación exportadora de petróleo en un estado fallido al borde de la inanición.
En consecuencia, una joven madre llamada Daniela Serrano llora por su bebé, Daisha, y no puedo evitar preguntarme si las sanciones económicas de Estados Unidos en parte no son también responsables.
Serrano, de 21 años, vive en el barrio pobre y violento de La Dolorita, donde la conocí. En mayo, la bebé languidecía por desnutrición, así que buscó ayuda médica como loca, pero tres hospitales rechazaron a la niña, diciendo que no había camas disponibles, ni médicos, ni provisiones.
Finalmente, una sala de urgencias encontró a alguien para que examinara a la niña de 8 meses, con la condición de que Serrano proporcionara una hoja en blanco porque el hospital no tenía papel para escribir notas. Luego dieron de alta a Daisha, que esa noche murió en su casa.
“Me di cuenta de que estaba fría y no respiraba”, me contó Serrano mientras las lágrimas corrían por su rostro. “Grité”. Un vecino bondadoso le marcó al 911, pero pasaron 11 horas antes de que “los servicios de emergencia” se aparecieran en su casa. Se llevaron el cuerpo de Daisha.
La pregunta difícil para los estadounidenses: ¿Acaso nuestras sanciones, que buscan debilitar el régimen, en realidad contribuyen a que bebés como Daisha mueran?
El brutal Gobierno socialista del presidente Nicolás Maduro es el principal responsable del sufrimiento. Hay medidas que Maduro podría tomar para salvar la vida de los niños, si lo quisiera. Pero hay evidencia de que las sanciones impuestas por el presidente Barack Obama y el presidente Donald Trump contribuyen al deterioro de la economía y al tormento de los venezolanos comunes y corrientes.
“La economía venezolana era un borracho dando patadas de ahogado en un mar picado, luchando por mantenerse a flote y pidiendo a ruegos un salvavidas”, me dijo Francisco Toro, un periodista venezolano.