Los demócratas enfrentan un verdadero dilema: la plantilla actual de candidatos presidenciales de su partido tiene un sinfín de planes y propuestas
Charles M. Blow
Los demócratas enfrentan un verdadero dilema: la plantilla actual de candidatos presidenciales de su partido tiene un sinfín de planes y propuestas, que en teoría es algo bueno, pero los resultados de estas elecciones no se decidirán con base en eso.
Donald Trump ha dividido al electorado en dos campos, aduladores y disidentes, ambos apasionados, ambos perfilados hacia noviembre cual misiles, ambos con un ferviente deseo de destruir a la competencia. Esta elección no se ganará con base en la definición de “Medicare para todos” ni sus mecanismos de financiamiento. No se decidirá con base en quién ofrece educación universitaria gratuita y a quiénes.
El resultado de esta elección dependerá de si el elector ve a Trump como un salvador heroico o un agente de destrucción.
Esta elección gira en torno a preguntas fundamentales sobre los ideales estadounidenses: ¿Deberíamos invitar o aceptar la intervención de países extranjeros en nuestras elecciones? ¿Deberíamos permitir que un presidente obstruya la justicia a todas luces sin enfrentar ninguna consecuencia? ¿Deberíamos separar a los niños inmigrantes de sus padres y encerrarlos en jaulas? ¿Deberíamos tener un presidente que ha alardeado sobre haber agredido a mujeres, haber sobornado a mujeres que aseguran haber tenido relaciones sexuales con él y que ha sido acusado por varias otras mujeres de conducta sexual inapropiada? ¿Acaso Estados Unidos debería tener a un racista en la Casa Blanca?
En mi opinión, estas son las cuestiones que más influirán en los votantes durante la elección. Estados Unidos se está viendo obligado a mirarse en el espejo y definir su identidad.
Me parece que muchos de los candidatos demócratas no están abordando ese conflicto moral básico, sino que se están enfocando en asuntos más generales o están eludiendo el tema por completo.
La estrategia de los candidatos moderados para recuperar el voto de la gente blanca del Medio Oeste es ser suficientemente pusilánimes.