Mario Maraboto
En el tema de salud, la candidata de oposición propone la tarjeta inteligente “Mi Salud” que permitiría a la ciudadanía atenderse sin costo en clínicas públicas o privadas y ayudaría a tener más controles, evitar la corrupción y el desabasto de medicinas. La candidata oficial propone, sin explicar, el concepto de salud digital y usar la tecnología para evitar la tramitología.
Emplear la tecnología en la salud no es tema nuevo. La Inteligencia Artificial (IA) en el ámbito de la salud data de hace casi cincuenta años. A comienzos de la década de 1970 se utilizó por primera vez el sistema Mycin para la detección de enfermedades infecciosas en la sangre, con capacidad para “razonar” el proceso seguido para llegar al diagnóstico. En México, en los últimos años se ha avanzado en la implantación del expediente electrónico, y los Institutos Nacionales de Salud cuentan con una riqueza de datos clínicos almacenada, según la Revista Alergia México.
La inteligencia artificial está transformando la forma en que se brinda cuidado a la salud y constituye un elemento fundamental en la triada: promoción, prevención y protección de la salud. A través de su capacidad para abordar grandes cantidades de datos, puede ayudar a proporcionar un acceso rápido a un registro completo de cada paciente o a los datos más recientes de salud y tratamiento
La tarjeta inteligente tampoco es novedad. En 2010 los investigadores del Hospital Infantil de Boston, Kenneth Mandl e Isaac Kohane, desarrollaron una plataforma tecnológica para el cuidado de la salud que llamaron “Aplicaciones médicas sustituibles y tecnologías reutilizables” (SMART, por sus siglas en inglés, que en español se traduce como “inteligente”). Con base en esa plataforma, surgieron en 2019, en Estados Unidos y otros países, las tarjetas inteligentes para control de vacunación contra Covid.
En la actualidad las organizaciones sanitarias de todo el mundo están implementando tarjetas sanitarias inteligentes con una amplia variedad de funciones y aplicaciones: mejoran la seguridad y la privacidad de la información del paciente, proporcionan registros médicos portátiles, reducen el fraude en la atención médica, respaldan nuevos procesos para los registros médicos portátiles, proporcionan acceso seguro a la información médica de emergencia, y permiten cumplir con mandatos gubernamentales en materia de salud.
Emplear, de una u otra forma, la tecnología y la inteligencia artificial para el sector salud es un acierto, pero requiere de inversión, algo que muchos países están haciendo con inversiones que, según el país, van desde los 55,000 millones de dólares hasta poco más de 150,000 MDD al año. Adicionalmente requiere una infraestructura adecuada y contar con socios especialistas, tanto en finanzas como en salud para realizar análisis profundos que consideren los costos operativos y de inversión iniciales, referidos a la infraestructura y al servicio de IA.
Centrarse en un financiamiento más eficiente de los sistemas sanitarios, en la mejora del saneamiento y la higiene, y en un mayor acceso a los médicos, puede lograr avances significativos para ayudar a salvar las vidas de millones de personas.
La intención es buena, pero demanda un serio compromiso para lograr importantes avances en el tema. Sería bueno conocer qué tanto están dispuestas las candidatas a invertir (y de dónde obtendrían los recursos) y cuál sería su plan de implementación de la tecnología en el sector salud.