Hoy más que nunca la Semana Santa la viviremos en el marco del dolor, de la incertidumbre, la desesperación, pero también la viviremos en la fe, en una gran esperanza de que todo va a estar mejor
Francisco Pájaro Anaya
Comienza la semana más importante para el cristianismo, la semana en la que se recuerda la pasión, muerte y resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, una semana llena de significados, de esperanza, de alegría por la Pascua, pero que en este año de 2020 será completamente diferente derivado de la pandemia de coronavirus que está sufriendo todo el planeta.
En esta ocasión no vamos hacer testigos de las grandes procesiones de Semana Santa de Sevilla, de Málaga, de Córdoba, de muchos otros lugares en España; ni vamos a escuchar las saetas que se interpretan en estos días, tampoco vamos a ver las grandes procesiones en Guatemala o las procesiones del silencio en San Luis Potosí o en Querétaro. Ni tampoco se va a realizar en público la Pasión de Iztapalapa con la que año tras año se recuerda la sanación del pueblo de Iztapalapa en una epidemia.
Sin embargo hoy vamos a ver situaciones completamente diferentes en donde los actos de Semana Santa se realizaran de manera privada, sin la asistencia física de los fieles, pero si y casi lo puedo asegurar con la asistencia espiritual de miles de personas que a través de los medios de comunicación.
Hoy más que nunca la Semana Santa la viviremos en el marco del dolor, de la incertidumbre, la desesperación, pero también la viviremos en la fe, en una gran esperanza de que todo va a estar mejor, pero sobretodo la viviremos en una unión familiar impresionante, ya que estaremos en casa participando de muchas de las ceremonias como fieles cristianos.
Vamos a extrañar muchas cosas, como la visita de las siete casas, la adoración al Santísimo Sacramento, el rezo del Vía Crucis y las procesiones del Silencio, vamos a extrañar también mucho de lo tradicional en la comida y en los lugares tradicionales de nuestra Semana Santa.
Sin embargo vendrán mejores momentos y seguramente estaremos realizando parte de las actividades que dejamos de hacer en algún otro momento del año, en donde todo este más tranquilo y podamos dejar lo que ahora nos separa.
La invitación que se hace es a seguir todos los eventos y actividades de la Semana Santa desde nuestros hogares, a unirnos espiritualmente a los actos litúrgicos y a quedarnos en casa como nos han aconsejado las autoridades. Vivamos a plenitud esta Semana Santa 2020 y vamos a cuidarnos todos.