Azerbaiyán es un país musulmán de mayoría chiíta, de hecho es el segundo país con mayor población de esta corriente del Islam
Alejandro Gutiérrez Balboa
Una nueva guerra inició el domingo con ataques de Azerbaiyán en contra de Armenia, en la conflictiva región del Cáucaso. Dos aspectos se deben subrayar.
Ambos países han mantenido una escalada de violencia por la disputa del territorio de Nagorno-Karabakh, que cuenta con una amplia mayoría de población armenia y se ha declarado independiente, aunque nadie lo reconoce. Azerbaiyán lo reclama como suyo. En abril de 2016 ambas naciones sostuvieron su última guerra, denominada de los 4 días.
El primer punto a destacar es geoestratégico. Azerbaiyán es un país musulmán de mayoría chiíta, de hecho es el segundo país con mayor población de esta corriente del Islam, después de Irán. Siendo un país con enormes yacimientos petroleros y de gas, tiene oleoductos que rodeando Armenia, pasan por Georgia y llegan a Turquía, pero están bajo amenaza de ataques de Armenia.
Por su parte, Turquía, un país sunnita, se volcó en su apoyo a Azerbaiyán persiguiendo acrecentar su área de influencia en la región, sacudirse la dependencia energética de Rusia, su principal proveedor, contener a Irán y echar al olvido su papel en el genocidio armenio de la Primera Guerra Mundial. Rusia, por su parte, ve disminuir su influencia en las dos repúblicas que formaron parte de la extinta Unión Soviética, siendo incapaz de solucionar sus conflictos, que se mantuvieron latentes.
El segundo aspecto importante es el de la tecnología militar. Tanto Azerbaiyán como Armenia han desarrollado armas basadas en drones, que están jugando un papel fundamental en esta guerra y constituyen la columna vertebral de sus estrategias. Se están utilizando los denominados drones kamikazes, artefactos con cargas explosivas que están siendo lanzados contra las defensas antiaéreas, tanques y puestos artilleros del oponente. Son armas mucho más baratas que las convencionales y están desplazando a muchas de éstas.
Un último aspecto de ambos puntos destacados, es el involucramiento de Israel, en abierto apoyo a Azerbaiyán, uno de sus proveedores de petróleo. Israel fue quien le traspasó las bases de la tecnología de drones y en su estrategia contra Irán, busca reducir la influencia de éste en su vecino y natural aliado.
Armenia está solo en medio de enemigos mucho más fuertes, en una nueva y terrible prueba.