En Perú, los presidentes no cuentan con inmunidad, y si no tienen los apoyos suficientes en el Congreso se vuelven vulnerables
Efrén García García/Maestro en Relaciones Internacionales por la London School of Economics.
Esta semana tomó posesión Manuel Merino como presidente del Perú, uno de los países de América Latina que son socios estratégicos de México en la Alianza del Pacífico, junto con Colombia y Chile.
El mandatario saliente, Martín Vizcarra, fue destituido por el Congreso, en medio de la acusación de “incapacidad moral permanente” por presuntos actos de corrupción cuando fue gobernador de la región de Moquegua. La “moción de vacancia” en Perú existe desde 1839 y permite a los miembros de la única cámara del Congreso cambiar al Presidente cada vez que lo juzgan necesario.
Merino es el tercer presidente de Perú en este quinquenio y toma posesión cinco meses antes de las elecciones generales, que se celebrarán en abril de 2021. Antes de asumir la Presidencia era el líder del congreso, mismo que fue producto de la disolución del anterior, ordenada por Vizcarra al inicio de la pandemia. A su vez, Vizcarra llegó a la Presidencia después de la renuncia de Pedro Pablo Kuczynski, quien dejó el mando del Ejecutivo por la misma razón.
Además de Kurczynski y Vizcarra, en los últimos 20 años, los presidentes Alberto Fujimori, Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala también han sido acusados por corrupción.
En el caso de la “vacancia por incapacidad moral”, el Poder Judicial no ha definido sus alcances y los mandatarios tienen una hora para defenderse cuando son acusados y posteriormente cesados.
En Perú, los presidentes no cuentan con inmunidad, y si no tienen los apoyos suficientes en el Congreso se vuelven vulnerables y la política se torna en una lucha constante entre el legislativo y el Ejecutivo y en un escenario de desconcierto e inestabilidad.