Estoy seguro que las próximas generaciones podrán disfrutar los beneficios y verán porqué vale la pena tener la esperanza
Rubén Garnica/Profesor de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño, Tec de Monterrey Campus Querétaro.
Las noticias del 2020 fueron muchas y muy variadas: la pandemia por el virus COVID-19; el precio del petróleo bajó a precios históricos; en México las mujeres se manifestaron por la violencia que sufren exigiendo al gobierno que tome medidas y el anuncio del confinamiento por causa de la pandemia (y que ha continuado hasta hoy); la muerte de George Floyd y el movimiento antirracista “Black Lives Matter”; la cancelación de un gran número de Fideicomisos por parte del gobierno federal; Joe Biden fue electo presidente en Estados Unidos, entre muchas.
Entonces, se preguntarán, ¿porqué es el año de la esperanza? Creo que los eventos de este año nos han ayudado a abrir los ojos ante situaciones que nos harán mejores como humanidad: deberemos tomar más responsabilidad ante el cambio climático; podemos unirnos como lo hizo la comunidad científica para encontrar una vacuna para el COVID-19; la sociedad mexicana está más consciente de la violencia de género y cómo algunos están tratando de cambiar las situaciones; la necesidad de la equidad racial, social y económica, tanto en nuestro país como en todo el planeta.
Éstas y muchas otras acciones son las que nos dan esperanza que nosotros y nuestra sociedad debe y puede cambiar. Los procesos son largos y los que creemos que es necesario tendremos que seguir luchando para alcanzar los cambios. Al final, estoy seguro que las próximas generaciones podrán disfrutar los beneficios y verán porqué vale la pena tener la esperanza.