Por una mala planeación urbana que destina el mayor espacio posible al arroyo vehicular, se han ido perdiendo las grandes aceras perimetrales para poder transitar libre, segura y cómodamente, estando al menos dos personas lado a lado
Jorge Roberto Javier Tortajada/Consejo Ciudadano de Urbanismo
@ConsejoUrbanQro
El garantizar al menos 2 metros de distancia entre nosotros para evitar la propagación del virus SARS-CoV-2 es el tema más recurrido en estos días. Gracias a esfuerzos conjuntos de las autoridades y algunos grupos de la sociedad civil, se ha creado una reglamentación y señalética adecuada para atender dicha distancia. Sin embargo, y haciendo un estudio a conciencia de la movilidad local en nuestro municipio, vemos que esta distancia muchas veces no se puede respetar por la falta de espacio en banquetas y pasos peatonales.
Por una mala planeación urbana que destina el mayor espacio posible al arroyo vehicular, se han ido perdiendo las grandes aceras perimetrales para poder transitar libre, segura y cómodamente, estando al menos dos personas lado a lado. Al respetar las aceras se genera también el espacio necesario para tener la infraestructura urbana adecuada: bancas, postes de luz, jardineras, botes de basura, mapas de ubicación y hasta los nuevos botones de pánico, así como la liga con los comercios aledaños. Es a través de este espacio que algunos restaurantes han podido sacar sus mesas para cumplir con las normas sanitarias, aún en ambientes donde tenemos que sortear los autos para poder dejar pasar a alguien que camina en sentido opuesto.
Este periodo extendido de contingencia sanitaria nos ha recordado la necesidad de poder transitar la ciudad a pie, vivir el espacio publico y garantizar ése tan importante espacio urbano que se necesita para trasladarse de un lado a otro.