La realidad es que la mira tan corta de la dirigencia nacional del partido del presidente no logró o no quiso darse cuenta de que el actual senador de la República lograba representar de manera genuina todos
Fernando Islas
Hace algunos meses, en una de mis participaciones en este medio de comunicación, mencionaba que la candidatura al Gobierno de Querétaro por parte de Morena se jugaba entre dos personalidades: el doctor Santiago Nieto y el doctor Gilberto Herrera. Al descartarse el doctor Nieto, la única opción claramente competitiva, con empatía entre propios y extraños y con amplias posibilidades de triunfo, era el que para muchos ha sido el mejor rector de la Universidad Autónoma de Querétaro.
La realidad es que la mira tan corta de la dirigencia nacional del partido del presidente no logró o no quiso darse cuenta de que el actual senador de la República lograba representar de manera genuina todos y cada uno de los principios de la Cuarta Transformación. Reconozco que el pasado domingo mientras se derrumbaba pieza por pieza la esperanza de triunfo electoral por parte de Morena en Querétaro, me preguntaba cuál hubiera sido la realidad si ‘el Doc’ hubiese encabezado el proyecto morenista a nivel estatal.
Sin temor a equivocarme, las candidatas y los candidatos hubieran tenido que cumplir con creces los principios de no mentir, no robar y no traicionar. Las campañas hubieran sido austeras, pero efectivas, y el trabajo de defensa y promoción del voto se hubiera realizado de manera ordenada y con una cobertura absoluta de cada uno de los espacios de representación de Morena a lo largo y ancho de Querétaro. Los debates a la Gubernatura hubieran tenido un nivel por de más interesante, enfocados en el impulso a la educación y al desarrollo científico-tecnológico. La defensa del proyecto encabezado por Andrés Manuel López Obrador hubiera sido ejemplar, ya que el doctor Herrera conoce como pocas personas la realidad que vive el Querétaro olvidado por las diferentes administraciones.