El Gallo 12
Cuando vemos en la Selección Nacional a dos de nuestros canteranos, Orbelín y Romo, no podemos dejar de lado la nostalgia que nos invade. ¿Cómo olvidar, desde aquel 30 de mayo de 2014, cuando se dio a conocer que Grupo Imagen se hacía de los derechos de la franquicia del Querétaro hasta el fatídico 3 de diciembre de 2019 que avisaron que los vendían?
Remembramos a grandes jugadores que por aquí pasaron, entre ellos, el más sobresaliente fue Ronaldinho, quien, mal que bien junto, con ‘Vuce’ nos llevaron a una final. Lástima que no hubo química entre ellos; de haberla habido, seguramente nuestro escudo ya portaría una estrella. Si bien es cierto que algunos directivos quedaron a deber, porque se hacían los sordos y ciegos, mientras Vucetich les pedía centrales y contenciones, caprichosamente traían ‘caros delanteros’, que sí eran caros, pero no delanteros.
Pero con todo y sus bemoles, fueron exactamente cinco años, seis meses y siete días de estabilidad. Se tenía la tranquilidad de saber que para “la siguiente temporada” ahí iban a estar nuestros Gallos, que no se iban a ninguna otra parte, para beneplácito de la afición. Lamentablemente, todo eso se acabó, se lo llevó el viento y compró el equipo Grupo Caliente, que lo único que hizo fue desmantelarlo. Estuvo a cargo de su Administración solo un torneo, cosechó lo sembrado por Imagen e hizo un buen papel, pero ya se notaba que el club les ‘valía chetos’. Bueno… para nombrar a un presidente que nunca estuvo en Querétaro, se necesita no tener… (censurado).
Luego hacer la ‘chicanada’ de venderlo a un grupo de promotores, que a su dicho se convirtieron en empresarios, pero que el socio mayoritario se les rajó, porque él quería convertirlo en su ‘nuevo Atlante’ y como no se le concedió, retiró su capital y aquí estamos: en una inestabilidad, con un equipo mediocre y con el abandono de la mejor joya que dejó Imagen, ¡las Fuerzas Básicas! Hoy concesionadas. Ya lo dice la canción: ¿A dónde vamos a parar?… sin otros, Orbelines o Romos.