Karem Montes de Oca
Ser peatón o ciclista no debería de ser una actividad de alto riesgo en esta ciudad que presume de ser “¡Mejor todavía!”
La semana pasada un ciclista murió por la poca señalización que la Secretaría de Obras Públicas dio a la Avenida Revolución. Sus contratistas escatimaron recursos en hacer esa obra visible. Aún así, esta no es la única opción de riesgo mortal en la ciudad. Ausentes por robo o daño, las rejillas de coladoras hacen que peatones, ciclistas y hasta automovilistas peligren. El clima también ha sido factor, con los recientes socavones en varios puntos de la ciudad. Sin embargo, los automovilistas solo presentan, en su mayoría, daños materiales; peatones y ciclistas pueden morir al instante. Aún con vialidades de calidad y bien mantenidas, el priorizar al auto puede resultar peligroso para la ciudadanía. El Director de Energía Michael Greenstone hizo un estudio donde determinó que la contaminación del aire y los accidentes viales reducen la expectativa de vida en 2.2 años o 10,000 minutos. O sea, esos 15 minutos que nos ahorramos por ir en automóvil los perdemos en calidad de vida.
Querétaro ha tenido un crecimiento acelerado en los últimos años que ha favorecido solo el diseño y construcción de infraestructura automovilista; un modelo urbano atrasado con respecto a ciudades como Colombia o Alemania que han beneficiado a sus ciudadanos con formas de movilidad sustentable. Exijamos a las autoridades una mejor calidad de vida y evitemos tragedias innecesarias.
MT