Javier Esquivel
Durante las últimas semanas, una gran cantidad de autoridades municipales y legislativas de casi todo el país se han dado a la tarea de visitar a la gente en sus colonias y barrios para hacer entrega de cobijas, cobertores, tinacos, despensas y productos de consumo inmediato y hasta juguetes.
Acciones que, pensamos, forman parte de una estrategia planificada para lograr aumentar sus niveles de cercanía y aceptación con las personas que fueron sus electores o para acercarse a la gente que no votaron por ellas y ellos, y no por un acto para incrementar popularidad con las clases menos desfavorecidas.
A nadie le va mal recibir estos artículos en época invernal y de temporal inflacionario de la economía. Sin embargo, para las y los otorgantes implica varios retos en materia de comunicación y estrategia política:
- Rendición de cuentas y transparencia. En esta época de alta revisión del gasto por parte de los medios de comunicación y de los cuartos de guerra de los contrincantes políticos, las y los donantes deberán transparentar el origen de los recursos y el nombre de las empresas a las que se les hizo la comprar de dichos materiales.
Toda comunicación, para ser estratégica, debe tener la capacidad de dar respuesta a todas las interrogantes. Es un error considerar que el joven becario que sube fotos de las entregas con niños y adultos mayores pueda dar respuesta a esas y otras interrogantes.
- La legalidad que soporte a la comunicación.
Se considera permitido todo lo no prohibido, sentencia un aforismo, empero habrá que ser muy cauto al revisar el marco de actuación para la entrega de insumos.
En el ámbito municipal debe existir un programa social con los recursos necesarios que lo permitan, y en el caso de las legisladoras y los legisladores que acostumbran a donar lentes, sillas de ruedas, etcétera, habrá que revisar si los recursos provienen de los destinados para la operación legislativa.
Esos materiales entregados, por más legal que sea el uso de los recursos para su compra, se han convertido en utilitarios de campaña permanente.
Hoy en día el ámbito legislativo tanto a nivel federal como local es señalado como el Poder que más dispendio de recursos públicos hace y el que menos los transparenta.
En esta entrega de insumos y productos también existe un contrasentido por parte de las legisladoras y los legisladores en la aplicación y supervisión de la ley.
En la difusión de las donaciones es recurrente ver la violación de la reglamentación que protege a las y los menores de edad. Olvidan que se considerará violación a la intimidad de niñas, niños o adolescentes cualquier manejo directo de su imagen. Todas y todos usan imágenes de las y los infantes a discreción para fines políticos electorales.
El comunicar implica grados de responsabilidad y altas dosis de profesionalismo.
La estrategia territorial de las autoridades municipales y de las legisladoras y los legisladores estará incompleta si solo se dedican a la política de la donación de insumos de temporada y no a comunicar el cómo solucionar los grandes problemas locales que viven sus poblaciones para las que fueron electos.
@javoesquivel