Para nadie es un secreto que la oposición en México está moralmente derrotada
Daniel Lizárraga
El próximo lunes 14 de febrero, Movimiento Ciudadano se jugará sus cartas cuando decidan quién será su candidato a la gubernatura de Quintana Roo. Entre las manos de sus dirigentes o representantes está el demostrar hasta dónde llega su compromiso con la rendición de cuentas. El registro del actor y empresario Roberto Palazuelos como precandidato a la gubernatura de Quintana Roo es más que una piedra en el zapato; puede convertirse en un bocado que, a la postre, provocará un daño infinito.
Un partido de oposición que ha ganado dos de las gubernaturas más importantes como lo han sido en Jalisco, con Enrique Alfaro, y en Nuevo León, con Samuel García, sufrirá públicamente un tremendo revés de aferrase a la figura de Roberto Palazuelos, sobre quien existen ahora mismo, en las redes sociales, denuncias sobre su violencia y, peor aún, su confesión de haber participado en asesinatos.
Para nadie es un secreto que la oposición en México está moralmente derrotada y, peor aún, ha sido incapaz de poner sobre la mesa una alternativa distinta sobre cómo ejercer la administración pública de manera distinta a la Cuarta Transformación. Las duras críticas, desde su trinchera, contra el presidente López Obrador se han convertido en una guerra que puede llevar al país ante la nada.
En ese oscuro transe, en esa espiral de violencia imparable a lo largo y ancho del país, Movimiento Ciudadano acepta como aspirante a precandidato a una persona que presume en redes sociales su agresividad y su afición a las armas.
Sus dos gobernadores, Enrique Alfaro y Samuel García, han tenido una gestión controvertida, pero acá se trata de un asunto distinto. Movimiento Ciudadano tiene una responsabilidad que no puede evadir como partido que, como todos los demás, vive del dinero público. Ojalá no se apruebe esa candidatura porque, más allá de sus posibilidades de ganar o perder la elección de Quintana Roo, está la democracia en México.
Este es un fragmento del corrido de El Diamante Negro:
“Jefe de la nueva mafia, a lo bueno acostumbrado
Lo apasionan las mujeres, los corridos y los carros
También los cuernos de chivo
Es un hombre de cuidado
Un comando bien armado
Acompañan al diamante
Todos bien encapuchados y entrenados en combate.
“Decomisan toneladas
Y las venden por su parte
Así es como han hecho lana y han llegado a ser tan grandes
Agresivo y corajudo
Con poder y experto en armas
Varia gente a su servicio
Con granadas y metrallas”.