Fernando Islas
Es ya costumbre de la nueva oposición criticar desde la desinformación cualquier decisión que el Presidente Andrés Manuel López Obrador tome. Tal parece que el titular del Poder Ejecutivo tiene poderes sobrenaturales, cuando las obras del Tren Maya tuvieron avances significativos, aquellos que dejaban quemar miles de metros cúbicos de gas en la sonda de Campeche, se transformaron en embajadores de Greenpeace y defensores férreos de la madre naturaleza, cuando se anunció todavía en campaña la construcción de nuevas refinerías, los blanquiazules catalogaron de anticuada y retrógrada a la actual administración federal, aunque hoy por hoy se sigue demostrando que la soberanía y autonomía energética es la única manera de labrar el camino para eventualmente sostener nuestro consumo de energía a través de un método sustentable y menos agresivo con el planeta.
Hoy aquellos que aplaudían la reforma entreguista de Enrique Peña Nieto y que hace unas semanas frenaron la reforma eléctrica, se han puesto la camiseta tricolor y presumen en el estrado y en sus redes que son profundamente nacionalistas, aunque bastan algunos pesos para que entreguen a la patria desde su voto coaccionado. El ejemplo está en la campaña de desprestigio por la contratación de 500 médicos cubanos para las zonas de mayor marginación en México, aunque la realidad lo que les molesta no es que sean extranjeros, sino que son cubanos, porque jamás se han indignado por la contratación de estadounidenses o europeos, otra cosa que le molesta es que estarán dando atención a los que menos tienen, eso la nueva oposición no lo puede tolerar.
Aguas con los privados, porque cuando privaticen todo, seremos privado de todos.