Juan Carlos Sámano U. /El segundo aviso
Hablar del arte del rejoneo es hablar de los orígenes de la tauromaquia, remontarnos al siglo XVIII, cuando la nobleza de esa época, al no tener actividad bélica, practicaba sus habilidades ecuestres burlando las embestidas de los toros. Así surge el rejoneo, antes que el llamado “toreo de a pie”, y es hasta la fecha un espectáculo que, sin duda alguna, puede atraer más espectadores a un coso que cualquier corrida de toros con las máximas figuras.
Como muchas cosas dentro de la tauromaquia, el rejoneo también ha tenido su evolución, sus cambios. Por supuesto que las evoluciones que se efectuaban en aquellas épocas no son las mismas que ahora podemos ver; las cabalgaduras son muy distintas, tanto en preparación como en características. Sin embargo, surge esta pregunta: ¿Por qué los triunfos y las grandes tardes se dan ahora con más frecuencia que anteriormente? O mejor aún: ¿Por qué razón tiene mayor opción de salir triunfante un rejoneador que un torero de a pie? Para poder tener la respuesta a estas preguntas, es necesario hacer un importante análisis sobre varios factores que pudieran influir, de manera directa, en los anteriores cuestionamientos.
Sin embargo, antes de iniciar este análisis, es importante comentar que los públicos de alguna manera son distintos. Existen espectadores y aficionados muy diferentes para estos tipos de tauromaquia. Existen seguidores del rejoneo que no van a una corrida de toros y viceversa: gente que gusta del toreo de a pie y no acude al llamado “caballito”, como lo nombran ellos. En ambas expresiones existe la pureza y el rito del toreo; para ambas también se requiere del toro con su fortaleza y bravura, y por parte del torero, su valor y su capacidad.
Asimismo, en el rejoneo se utiliza como engaño al mismo caballo y en el toreo de a pie se utilizan tanto la muleta como el capote. En una faena de rejones, podemos ver cómo se conjuntan tres seres vivientes, en donde dos de ellos (caballo y caballero) buscan engañar a un tercero (el toro). En el toreo de a Pie, solo es el hombre y la bestia, ambos en busca de trascender. Básico e importante, el dejar en claro estos puntos para poder entrar de lleno al tema, entendiendo que ambas expresiones taurinas tienen sus diferencias y similitudes.