Fernando Islas
El actual Gobierno estatal no sale de una cuando otra tempestad ya toca su puerta. Pronto terminó el cuento de hadas en el que el gobernador Kuri solo recibía ovaciones y aplausos. Justamente, un desastre natural fue su regalo de bienvenida, seguido de crisis de violencia e inseguridad, sin dejar a un lado el grave problema de movilidad que aqueja Querétaro y al que, como ya es costumbre, no se le sabe dar solución. Alguien no hace bien su trabajo al interior de la Casa de la Corregidora y parece que se dedica más a decorar las contingencias con las encuestas que poco miden, pero mucho brillan para aquellos que confían más en un ejercicio estadístico a modo que en el sentimiento popular.
Estas semanas vimos cómo se fue en picada una trabe de la magna obra de este Gobierno. De la misma manera cayó la simpatía de aquellos que alguna vez creyeron que el expresidente de la Coparmex haría las cosas diferentes. Al igual que en el pasado, las lluvias vinieron a sacar a flote los puntos flacos de una Administración que confunde la función pública con el corporativismo. Recuerden: por más que quieran que el estado sea una empresa, por naturaleza no lo es.
Todo esto es la antesala del primer informe de gobierno. Depende nosotros que creemos mientras vemos a nuestra ciudad bajo las aguas negras.