Esta Copa Mundial 2022 nos deja muchas reflexiones. Selecciones que fueron revelaciones por sus triunfos, por sus derrotas o por su recuperación. Partidos que prácticamente los contrincantes habían jugado en el mismo equipo o como rivales en diversos torneos. Equipos que mostraron unidad, disciplina, coordinación y otros que, con poco trabajo, se destacaron por la calidad de sus jugadores. ¿Qué podemos aprender?
Al igual que en varios deportes, el mundo está globalizado. La interacción de jugadores en copas europeas y en torneos de alta calidad ha implicado que muchas selecciones aumenten la competitividad y logren ganar no por el coraje del país, sino por una estructura de mercado que permite que sus jugadores tomen nivel en diversos clubes de mayor exigencia.
Podemos aprender que nuestras empresas pueden mejorar al integrar a los mejores talentos nacionales que han triunfado en el extranjero, así como a extranjeros que aporten su experiencia a nuestra forma de trabajo y cultura. Muchas naciones han florecido al abrir sus fronteras a personas de otras latitudes que llevan innovación, nuevas costumbres, hambre de triunfar y sobre todo cuya mezcla puede generar mejores resultados. En su empresa y su trabajo, ¿promueven integrar talento extranjero o con experiencia internacional?