Mario Maraboto
Personas famosas con nombre o apellido Marx hay pocas en el mundo, empezando, desde luego con Karl Marx, conocido como el padre del socialismo científico, el materialismo histórico y del comunismo, sus hijas Eleanora y Laura, el chef francés Thierry Marx, el ex director del banco Central Argentino Daniel Marx, la compositora brasileña Patricia Marx y, desde luego los inolvidables comediantes hermanos Marx.
Estos últimos eran: Leonard “Chico”, Adolph “Harpo”, Julius “Groucho”, Milton “Gummo” y Herbert “Zeppo”, aunque el más conocido era Groucho, por su agilidad mental y las frases que hacían reír lo mismo que ponían a pensar a más de uno, debido a su humor especialmente corrosivo, imaginativo, alocado y anarquista.
Este próximo fin de semana (19 de agosto) se cumplirán 46 años del fallecimiento de este personaje y ante la coyuntura que se vive en México desde 2018, me pareció oportuno recordar algunas frases de Groucho que describen la coyuntura histórica que estamos viviendo en el país y que tienen que ponernos a pensar más que a reír.
Una de dichas frases es: “¿A quién vas a creer, a mi o a tus ojos” ?, frase que seguramente recuerda mucho la de otro comediante mexicano que generalmente hace saber que tiene otros datos (que nunca muestra) a los que hay que creer, no a lo que deja ver la realidad.
Otra frase de Groucho reza: “El secreto de la vida es la honestidad y el juego limpio. Si puedes simular eso, lo has conseguido”. A lo largo de varios años hemos escuchado a ese mismo comediante mexicano decir que no hay nada como la honestidad valiente y que es mejor tener un 90% de honestidad y un 10% de capacidad para poder servir. Creo que el actual presidente ha conseguido el secreto de la vida a través de la simulación..
Una frase más: “Estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”. El sedicente humanista que gobierna (es un decir) este país, dice tener principios humanistas, pero día a día aplica otros principios como el denostar a medios de comunicación, insultar de diversas formas a sus adversarios (especialmente si son mujeres) y a violar la Constitución con aquello de “no me vengan con que la ley es la ley”.
Creo que la oración de Groucho que mejor describe lo que estamos viviendo es: “La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Este gobierno, como ninguno otro en el país se ha especializado en buscar y crear problemas no sólo internos sino con gobiernos y organismos internacionales como España o el Parlamento Europeo; ha fracasado en sus diagnósticos, especialmente en cuestiones de seguridad, salud y medio ambiente, y ha aplicado remedios equivocados, tipo abrazos no balazos, Insabi, AIFA, Dos Bocas, o la compra de una aerolínea sin aviones ni pilotos para una aeronáutica que lleva dos años sin lograr reclasificarse en categoría 1.
Pero en México también tenemos un Marx (Arriaga Navarro), que empieza a cobrar fama por sus expresiones curiosas y risibles, especialmente en cuanto a los libros de texto oficiales (no gratuitos porque se pagan con los impuestos de los mexicanos).
Groucho sabía ironizar como cuando expresó: “Soy tan inteligente que a veces no entiendo una sola palabra de lo que estoy diciendo”. Con gran soberbia nuestro Marx de cuarta expresó algo que seguramente muy pocos entendieron: “Estamos pasando de un modelo, de una epistemología positivista, un paradigma hermenéutico, hacia un modelo activo” y luego soltó una frase para la posterioridad al referirse a los errores en los libros de texto: “yo no les diría errores, yo les diría áreas de oportunidad, como buen maestro que soy”. Fuera de la soberbia, que en sí es un área de oportunidad para él, los errores son errores.
Finalmente, ¿a quién atribuir esta última frase?: “No estoy seguro de cómo me convertí en comediante o actor cómico. Tal vez no lo sea. En cualquier caso, me he ganado la vida muy bien durante una serie de años haciéndome pasar por uno de ellos”’.