El posdebate presidencial durante la semana pasada, más allá de la discusión de quién lo ganó y qué propuestas fueron mejores, se enfocó en las críticas a la estructura del mismo y a su producción televisiva, que fue motivo de queja de todos los involucrados.
Los debates presidenciales en general son una confrontación abierta de ideas, de réplica y contrarréplica sobre temas como economía, empleo, seguridad, salud y política exterior. En algunos casos se permite la interpelación (en cualquier momento) de los periodistas/moderadores y las repreguntas; inclusive, en el formato denominado ‘town hall’, hay ciudadanos en el estudio que pueden hacer preguntas directas a los candidatos.
Se dice que el debate entre dos o más candidatos frente a las cámaras de televisión puede ratificar las supuestas tendencias de las encuestas, aunque hay analistas que insisten en que los debates pueden modifican las encuestas electorales.
El primero debate televisado en Estados Unidos, en 1960, se dio entre el entonces vicepresidente Richard Nixon y John F. Kennedy. Quienes lo escucharon por radio daban por ganador a Nixon, pero en televisión se vieron las diferencias entre ambos: Nixon sudaba y se veía desaliñado; Kennedy se vio elegante y seguro de sí. Ganó Kennedy.
En 1981, el presidente de Francia, Valéry Giscard d’Estaing, se enfrentó en debate a François Mitterrand. Giscard tenía una buena ventaja en las encuestas y ganó la primera vuelta, pero en la vuelta definitiva fue derrotado por Mitterrand por más de un millón de votos.
En 2012, en un segundo debate entre Barak Obama y Mitt Rommey, quien era favorito en las encuestas, al hablar sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres, Rommey dijo que tenía una “carpeta llena de mujeres” (no de currículos de mujeres) como candidatas para puestos en su eventual administración. La frase calificada de machista se viralizó en redes sociales y ganó Obama.
A finales de septiembre de 2015, el periódico El Cronista Comercial, de Argentina, publicó los resultados de seis encuestas posdebate (por primera vez en el país), entre las cuales tres presentaban un escenario de segunda vuelta entre Daniel Scioli y Mauricio Macri, mientras que las demás daban a Scioli como ganador. El 10 de diciembre, Mauricio Macri tomó posesión de la presidencia.
En México, en 1994, año del primer debate electoral en el país, las encuestas colocaron a Diego Fernández de Cevallos como ganador en dicho ejercicio con 55 puntos, pero la elección la ganó Zedillo, y en 2006, la mayoría de las encuestas ponían a AMLO arriba de Calderón con 35 puntos o más. Se pronosticaba (como lo fue) una elección cerrada que ganó Calderón y, desde entonces, el perdedor ha calificado dicha elección como un fraude, sin prueba alguna.
Hoy, después del primer debate, la mayoría de las encuestas (no sabemos qué tan independientes sean) ponen como ganadora del mismo a la candidata oficialista por un amplio margen. Faltan dos debates que podrían modificar tendencias. ¿Se cumplirán las encuestas a la hora de la votación?
MT