1er. Acto: Minuto 60, haces cambios en el cuadro sin sentido, quizá Batista (9) por Ayón (26) se entiende porque nuestros centros delanteros se vieron muy inoperantes fallando las pocas oportunidades que les llegaron, pero sacar a Lertora (14) para meter a Sandoval (13) a cubrir el ala izquierda y bajar a Gómez (12), lo único que logró fue partir en dos al equipo, el resultado fue la presión que ejerció el Toluca hasta que cayó el gol al 66’ después de que Mendoza (2) midió mal un centro.
2° Acto: Falla garrafal de Sandoval (13), en un contragolpe, escapa por la banda izquierda, lleva la ventaja numérica de ir en un 2 a 1, podía habérsela tocado a su compañero y quedaba solo frente al portero, pero la bola se le enredó en los pies y adiós oportunidad.
3er. Acto: la displicencia de Sierra (23) de no barrerse y tapar el centro que a la postre les daría el gol del empate a los Diablos. De no creerse, prácticamente acababa de entrar (88’). Por el corredor izquierdo, en relación al ataque de Toluca, le quitan un balón como un dulce a un niño, ve cómo, en su cara, dan el pase, y en lugar de ir con todo para evitar que se centre la pelota, casi le aplaude y tantán: 2-2.
¿Cómo se llamó la “obra”? En un “dos por tres”. Tristemente regresamos a “las viejas prácticas”, de forzosamente hacer los cinco cambios cuando no son necesarios. ¡No aprendemos!
Grata sorpresa la actuación de Ortiz (33), producto de la cantera, ahora lo que nos tiene que preocupar, es… ¿para cuándo se lo llevan?