Estrella Rojas Loreto
Hace algunos días, medios de comunicación internacionales difundieron que el Cártel de Sinaloa habría aportado entre dos y cinco millones de dólares a la campaña de 2006 del hoy presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a cambio de protección.
De acuerdo con los periodistas Tim Golden y Steven Dudley, la Administración de Control de Drogas en Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), obtuvo pruebas de que colaboradores de López Obrador, habrían recibido dinero de Arturo Beltrán Leyva y de su operador Edgar Valdez Villareal, a cambio de que, de ganar las elecciones, el entonces candidato les permitiera operar con impunidad.
Como era de esperarse, en una de sus conferencias de prensa, mejor conocida como mañanera, el presidente de la República aseguró que lo señalado “es completamente falso, es una calumnia” y que este reportaje surgía porque estamos en época de elecciones y que lo que se quería era desprestigiarlo.
Sin embargo, mientras que en México y Estados Unidos esperábamos que el presidente de la República demandara por difamación ante los tribunales de los Estados Unidos o que emprendiera acciones más contundentes para limpiar su nombre y el de México; lo único que se le ocurrió fue presentar una avalancha de reformas, en su mayoría constitucionales, que buscan distraer la atención de este y muchos otros temas, entre ellos, la falta de salud y seguridad que prevalecen en nuestro país.
Hoy en día, el presidente no ha dado respuesta a las dudas respecto de su honestidad y el de su gobierno, pero si se ha dedicado a hacer campaña pretendiendo incidir en las elecciones 2024, particularmente la presidencial.
Es urgente que la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y el Instituto Nacional Electoral (INE), eviten a toda costa que en el país existan narco elecciones y que personas vinculadas al crimen organizado ocupen espacios públicos.
Estas acusaciones son graves y una mañanera no es suficiente para desmentirlas, por ello, me sumo al llamado que ha hecho Xóchitl Gálvez al presidente Andrés Manuel López Obrador, para que, si como afirma, todo esto es falso, presente una demanda por difamación en contra del periodista Tim Golden y la agencia de noticias independiente ProPublica, con la finalidad de limpiar su nombre y el de nuestro país.