Además de los grandes proyectos de infraestructura hidráulica para continuar trayendo agua potable a Querétaro, es importante voltear a ver al daño que las ciudades hacen por sí solas.
Recientemente tuve una publicación en redes sociales que generó interacción con muchas personas, el tema era sencillo: mencionar que últimamente hemos “forrado” nuestros patios con concreto y ya no dejamos que se filtre agua al subsuelo. Urge volver a tener jardines o espacios sin cubrir con piso.
Como todo, hubo comentarios positivos y negativos, pero destaco algunos como que tal vez los patios no aporten suficiente para reabastecer los mantos freáticos queretanos, y, por otra parte, alguien comentó que ya había comentado eso con autoridades de un municipio y que su respuesta fue un tanto decepcionante, afirmando que era muy probable que no en todas las zonas de la ciudad la permeabilidad en realidad sea la adecuada o suficiente para aportar a la recuperación del agua potable.
Sin embargo, creo que valdría la pena hacer los estudios pertinentes para ello, y determinar si, efectivamente, hay zonas donde sí sea útil rescatar jardines o promover pozos de absorción en las casas.
También está la opción de aprovechar los estacionamientos de las plazas y centros comerciales, que tanto espacio consumen y poco beneficio ecológico tienen, para hacerles adecuaciones que permitan una absorción importante del agua pluvial que, dicho sea de paso, ha estado muy escaza los últimos años. Concluyendo, con lo anterior, que definitivamente todos podemos hacer algo y es urgente que sumemos acciones conjuntas sociedad y gobierno para un mejor cuidado del agua potable en Querétaro.